TOP FIVE NINTENDO BETRAYALS!

29/03/2019 | Darkor_LF | 2 comentarios
En ocasiones parece que Nintendo odia a sus fans, porque no me explico si no su manía de echar para atrás de una forma tan reiterada fanprojects. Que bueno, algunos es cierto que rozan la ilegalidad de la propiedad intelectual y entramos en ese embarrado terreno de defensa de los derechos de autor y las obras amateur sin lucro. Sin más dilación, os traigo una selección de cinco proyectos creados por fans que desaparecieron por culpa de Nintendo. Desde luego hay muchos más y no es Nintendo la fuente de todo mal, pero no me digáis que el título no queda resultón.
Pokemon Uranium
Una de las más conocidas. Llevado adelante durante nueve años por dos fans, a los pocos días de su lanzamiento y con 1.5 millones de descargas, retiraron el juego. Más de 150 nuevos pokémon, un nuevo tipo (nuclear) y varias cosas más que se eliminaron y perdieron. En este caso, la cancelación vino motivada por una lógica demanda de propiedad intelectual, además de que el juego salió en el momento que se lanzaba al mercado Pokemon Go. La saga Pokemon está más que activa y no dejan de crearse nuevos juegos, así que una demanda impidiendo juegos de esta clase era algo de esperar.
Zelda Maker
Tras el éxito de Super Mario Maker, hubo quien reclamó uno de la saga de Zelda a Nintendo. Y hubo quien decidió directamente hacer el juego. Justin Sink empezó a colgar vídeos con los progresos en YouTube, hasta que saltó la liebre. Nintendo, sus abogados y una reclamación con un DMCA* (Digital Millennium Copyright Act) llamaron a la puerta de Sink, el cual rápidamente paralizó el proyecto y dejó de trabajar en él. Por suerte, decidió que la idea tenía potencial y empezó a desarrollar un juego llamado Runiya, esta vez algo más original.
*Una ley estadounidense creada para la protección de los derechos de autor.
Pokemon Essentials
Todo lo anterior han sido juegos, pero este caso no. Pokemon Essentials era un motor gráfico de juegos de Pokémon, además de contar con su propia wiki que documentaba y servía de repositorio. Ambos fueron eliminados en 2018, otra vez bajo demanda de un DMCA de Nintendo. En los anteriores casos eran remakes, o spin-offs no oficiales, y su retirada era, en cierta forma, lógica. El caso de Pokemon Essentials ya empieza a ser más peliaguado, pues no dejaba también de funcionar como repositorio y fuente de consulta, sirviendo al mismo tiempo de almacén digital de recursos relacionados con Pokémon.
El cierre de la Tienda Wii
Este cierre fue anunciado con tiempo y se ha realizado de forma escalonada, pero es definitivo: no se podrá bajar nuevo contenido ni volver a bajar contenido ya comprado (esto en el futuro). Tampoco se puede ya traspasar contenido de la Wii a la Wii U, ni bajar parches, como el de Zelda Skyward Sword. ¿Por qué es una traición a los fans? Porque de esta forma Nintendo acaba de “eliminar” toda la tienda de Wii y sus productos. La pérdida más dramática es para los productos totalmente digitales, que ahora dependen de que alguien los guardara en una tarjeta SD y se conserven para que se pueda acceder a ellos.
Relacionado con esto último, sirva de ejemplo, que la única forma de comprar Chrono Trigger en una consola de Nintendo era a través de la tienda Wii. Si alguna vez habíais tenido curiosidad por ello, tengo malas noticias para vosotros.
Quizá esté sonando algo dramática, pero la preservación de los videojuegos (y la cultura en general) es algo de lo que no nos damos cuenta hasta que es tarde, como para el último caso que traigo:
El cierre de EmuParadise
En agosto de 2018, EmuParadise, la web de referencia en la descarga de ROMs, se veía obligada a cerrar tras una demanda millonaria de Nintendo. Aunque su base de datos sigue operativa, la posibilidad de bajar ROMs de juegos antiguos ya no existe.
Las ROMs siempre se han movido en un marco extraño (“si borras en 24 horas, no es ilegal”): obviamente, son juegos pirateados y lejos del copyright, y por tanto ilegales; también es cierto que era una puerta para jugar juegos antiguos, o que no habían llegado a nuestro país. Por suerte, esto ya no era tan necesario de hacer ya que algunas compañías tienen subidos ports de los juegos de consolas más antiguas a sus tiendas digitales. Aun así, en el caso de la Playstation Store, muchos de estos juegos son para PS3 y PSVita, por lo que es necesario volver a tener unas consolas determinadas. Otro hecho importante es la pérdida de la capacidad de emulación de las PlayStation en los últimos años (XBOX One sí tiene retrocompatibilidad).
De momento, sí es fácil encontrar disponibles juegos de PlayStation, Xbox y algunos de Nintendo. ¿Pero qué pasa con juegos de consolas y compañías ya desaparecidas? Hasta hace poco, debía tener una Dreamcast con los juegos para poder jugar Shenmue, o el ejemplo que acabo de poner de la tienda Wii y Chrono Trigger. ¿Qué pasará cuándo estas tiendas cierren, como la tienda Wii?
Tanto las ROMs como los juegos fanmade que he mencionado antes son objetivamente ilegales. Pero lo de EmuParadise pone en perspectiva una cosa: la industria del videojuego es “joven” y, como ha pasado en todos los orígenes, no se esperaba que fuera a trascender, ni se sabía el impacto que tendría cincuenta años después. Para que os hagáis una idea, casi el 80% de las películas iniciales del cine no existen. Se han perdido. Lo mismo de los libros, ¿de cuántas novelas y relatos de hace un siglo no hay copias? ¿Cuántas de estas copias pueden estar en ediciones de mala calidad que no sean recuperables? El mercado del videojuego no iba a ser menos.

EmuParadise sigue activa como base de datos. Fuente: captura propia
¿Qué expectativas iban a tener los pioneros de la industria de que años después se fueran a crear mercados y ferias en torno a estas consolas originales, como la RetroBarcelona? Ninguna, por eso se produjeron cosas como el caso del videojuego de E.T. En el podcast he hablado de la trayectoria de lujo y desenfreno de Atari, con muchas ideas de bombero, entre ellas crear un juego basado en la película de E.T. (estaba siendo un mercado lucrativo), pero hubo dos problemas: el juego estaba mal hecho y además decidieron producir 12 millones de cartuchos cuando había… 10 millones de consolas donde jugarlos. Los números no salían, y para colmo, sólo se vendieron 1.5 millones de juegos. Los otros 10.5 millones tenían un problema: ocupaban espacio y Atari estaba al borde la quiebra y no podía permitirse almacenarlo.
Así que hizo lo más lógico: trituró los juegos y los enterró bajo cemento en el desierto. A día de hoy se puede jugar, pero disponer de un cartucho original igual no.
Esto es una tragedia, pero además habría que contar con las recreativas, consolas menores y de poca tirada… También están todos esos juegos almacenados en formatos más precarios. Sin contar tragedias como cuando se perdió todo el código original de Silent Hill 2 y 3. Los juegos se pueden seguir jugando, pero no se han preservado, siendo esta idea relativamente reciente.
Por lo que volvemos al asunto de las ROMs: estas han sido durante mucho tiempo la única forma de preservación que tenían los videojuegos. Tanto, que se han dado sonados casos, como el de SNK Playmore, o la propia Nintendo con Super Mario Bros., donde las compañías cogieron el código de estas ROMs y lo usaron para vender sus productos, descubierto al cabo del tiempo. No sé si resulta hipócrita o gracioso condenar de forma fiera la emulación y el pirateo para luego usar ese trabajo para vender productos.
La escalada tecnológica de los videojuegos es quizá uno de los ejemplos más palpables de la complicación de la preservación digital (y analógica). Una de las mayores enseñanzas de Hamilton es la preservación del legado y lo fácil que es olvidar nuestro pasado. Con los videojuegos, y en general, toda esta era digital, se vuelve algo bastante urgente y acuciante el crear protocolos que eviten este borrado de la historia. Porque ya sabéis, who lives, who dies, who tells your story.
Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.
Ostras, la verdad es que es muy fácil olvidarse de lo importante que es la preservación de los videojuegos. Por mucho que una buena cantidad pueda preservarse de forma digital (y crucemos los dedos para que nada ocurra con los servidores madre), muchísimos otros simplemente se quedan condenados a la desaparición, y claro como tú dices cuanto más antiguos o más raros más fácil será que acaben literalmente desapareciendo.
Personalmente estaría muy dispuesto a pagar algún tipo de «cuota» para poder jugar a roms, porque (al menos en mi caso y la gente de mi entorno) cuando usaba emuladores era para poder jugar aquellos videojuegos que no tenía manera alguna de conseguir de otro modo, en plan antiguos, descatalogados o muy raros.
Tal vez una industria como la de los videojuegos, debería usar su juventud para llegar a la madurez de forma más sana que el cine o la lectura.
Noooooo, no puede serrrrr, 🙁. Y yo que no tengo respaldos de mis juegos favoritos de la NES.
En fin a tomar por saco