Análisis de The Mysteries of Ranko Togawa: Murder on the Marine Express

Análisis de The Mysteries of Ranko Togawa: Murder on the Marine Express

Siempre me han gustado las novelas, series y juegos de misterio y asesinatos. He devorado la mayoría de novelas de Agatha Christie y siempre me gusta hacer sitio en mi biblioteca a juegos que hablen de homicidios y casos detectivescos. The Mysteries of Ranko Togawa: Murder on the Marine Express es una visual novel muy refrescante, con un pixel art muy cuidado y que nos transporta a esas novelas clásicas de detectives, aunque con un toque algo millennial y lleno de referencias a la cultura popular.

La historia nos traslada a un viaje de estudios de la academia de élite Saint Joachim, en Estados Unidos, donde sus alumnas van a realizar el viaje inaugural del Marine Express, el primer tren submarino que conecta la costa oeste de EE.UU. con Japón. Sin embargo, al principio de la travesía, uno de los profesores de la academia aparece muerto en su habitación. Ranko Togawa, una alumna japonesa, junto con su amiga Astrid, intentarán desvelar la identidad del asesino.

A lo largo de las tres-cuatro horas que dura esta visual novel, iremos descubriendo a un elenco carismático de personajes que nos ayudarán a desvelar los misterios en torno al crimen y a la escuela. Una historia muy bien estructurada en cinco capítulos que se pasan volando (yo misma me leí esta VN de una sentada en una tarde), con un planteamiento parecido al de las novelas de Agatha Christie —el título es un homenaje al Asesinato en el Orient Express, una de las novelas más famosas de la escritora británica—.

Uno de los puntos fuertes de este juego es cómo va desenvolviéndose la historia sin hacerse en ningún momento pesada, manteniendo la intriga, y cuando justo creemos saber quién es el asesino, ocurre algo que cambia totalmente el panorama. Además, podemos acceder a algo de información extra sobre lo que ocurre en el tren a través del móvil de la protagonista, en el chat grupal creado para el viaje. Allí el resto del elenco comentará lo sucedido, así como otras cosas relacionadas con el viaje. En varios momentos de la lectura, este chat aparece como un alivio cómico entre tanto drama, pero sin resultar cargante. Los diálogos son muy creíbles y están llenos de puns y chistes malos, especialmente al principio, dándole un toque refrescante y ligero, y haciendo que sean cómodos de leer. Son también conversaciones que parecen sacadas de cualquier red social, lo que también le da un toque de realismo.

Chat de la escuela con una broma sobre 2021

Que en 2021 va a pasar qué

Otra de las virtudes del juego es equilibrar los momentos dramáticos y de tensión con chistes y momentos cómicos, además de un buen puñado de referencias a la cultura popular bien integradas, y respetuosas. También se agradece que los desarrolladores hayan contado con una lectora de sensibilidad, puesto que en el juego se tratan temas delicados y se hace con mucho respeto.

Todos los personajes tienen personalidades muy marcadas y definidas, y muy reconocibles: tenemos a las Gatas Salvajes, tres alumnas cuyas caras tienen cierto parecido con las de los emoticonos clásicos de gatos, y se suelen despedir con un nya, la onomatopeya japonesa para los maullidos. Así como pasa con las Gatas Salvajes, ocurre también con el resto de personajes: sus gestos reflejan muy bien su personalidad, y son sprites con mucha expresividad, algo que es de agradecer. Ranko suele estar siempre seria, y sus caras de enfado son las más características, mientras que Astrid, su compañera, es mucho más relajada y jovial. Además, el desarrollo de todo el elenco a lo largo del juego es muy interesante, especialmente cómo se van mostrando las debilidades y fortalezas de cada una cuando avanzan los problemas. Todos los personajes aportan algo a la historia en mayor o menor medida: ya sea con algún chiste o una pista para descubrir al culpable.

El apartado gráfico es sencillo pero muy cuidado. Se aprecian todos los gestos de los personajes, así como detalles en los fondos de los escenarios. Pero esta visual novel no necesita nada más, puesto que su fuerte está en el texto, diálogos e historia. La composición de las escenas recuerda a juegos como Hotel Dusk: Room 215, El Profesor Layton o Phoenix Wright: Ace Attorney, así como su música: una banda sonora que complementa muy bien todos los diálogos y los distintos ambientes que aparecen a lo largo de la historia.

No hay gameplay como tal pero la lectura se puede avanzar o bien con clics izquierdos de ratón o con la barra espaciadora, lo que más cómodo sea para cada usuaria. Los textos se pueden poner en castellano e inglés, y los desarrolladores han avanzado que próximamente también estarán en japonés. La partida se puede guardar accediendo al móvil, en los settings, que también da la opción de cargar partida. Asimismo, en el menú principal se pueden elegir los capítulos para leer y otros ajustes como si se quiere poner a pantalla completa o en modo ventana, además del volumen de la música y los sonidos del juego.

Es la primera vez que leo una visual novel al uso, y ha logrado mantenerme pegada a la pantalla del ordenador durante cuatro horas seguidas, sin querer parar. Es fácil querer dosificar un juego así para poder disfrutarlo más, pero también hacerlo de seguido para no perder detalle de lo que pasa. La historia está muy bien escrita y desarrollada, y logra mantener el interés de la jugadora durante todo su desarrollo, a lo que se suma un buen arte y música, además de un buen reparto de personajes carismáticos. El debut de 1564 Studio y de Ranko Togawa ha sido muy satisfactorio, y espero poder ver a esta joven detective en próximas entregas, encarnando el espíritu de otros grandes investigadores de ficción.

Ranko y Astrid hablando del buen equipo que hacen

A un paso de montar su agencia de detectives privados

Clave de prensa proporcionada por 1564 Studio.

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Meren Plath
Meren Plath @serendipia_s

be gay do crime take a nap. soy arándano de Animal Crossing. CEO de las Movidas Nucleares™, testeadora, presento el pugcast, doy mazo la chapa.

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