El tiempo sin ti es empo

Análisis de Tempus

Análisis de Tempus

Como buena amante de los retos lógicos os he querido traer un título español que se ha propuesto tirarnos el guante a la cara. Tempus es una aventura gráfica de puzles en primera persona al estilo escape room pero en una isla. Al principio me recordó a Myst por el barco en el muelle y el portal que nos sacará de nuestro tiempo, pero nada más lejos. En la práctica es mucho más similar a The Witness o The Pillar con zonas amplias y edificios vacíos de vida pero con retos que deberemos superar para poder avanzar y, finalmente, salir de nuestro tiempo.

Como ya nos indica el título del juego, Tempus, nuestra aventura consistirá en activar un portal que nos llevará al futuro de la isla en la que vivimos. Parece que nos encontramos en un buen lugar para veranear: mucha vegetación, buen clima, una casita coqueta junto a la playa, y un muelle con un barco a nuestra disposición. Sin embargo, la curiosidad, (bueno, y la necesidad, que de eso va el juego) hará que activemos un portal que acaba de aparecer en nuestro garaje. Dicho portal nos llevará al futuro cada vez que lo atravesemos. Y cada vez se desactivará una vez cumplido su cometido. Y volveremos a intentar activarlo y continuar así a lo desconocido.

Captura de Tempus donde aparece el portal activado

El juego consiste en viajar hasta seis veces en el futuro. Uno cada vez más lejano. Empezaremos en 2020, luego pasaremos a 2200, 2400 a continuación, 4400, 24400, y 224400 finalmente. Bueno, ese será nuestro objetivo, pero la chicha está en solucionar los retos y rompecabezas que encontremos en cada una de estas épocas. El lugar seguirá siendo el mismo pero como pasan tantísimos años los cambios en la zona serán tan drásticos que no reconoceremos nada. Lo único que permanece intacto es el portal. Encontraremos nuevos y modernos edificios, sistemas electrónicos extraños y un entorno diferente, pero sobre todo mucha soledad. Algunas figuras negras de ojos verdes brillantes aquí y allá pero quietas, como ecos de lo que podrían haber sido unos habitantes que ya no están. En este aspecto recuerda a The Witness con sus estatuas.

Pero tal vez lo más importante y lo que más os interese sea saber sobre los puzles que os esperan. Varían en cantidad y dificultad entre épocas, algunos años son más complejos que otros pero nada muy enrevesado y sesudo. El verdadero encanto de los retos que nos propone Tempus es averiguar en qué consiste, con qué elemento tenemos que interactuar, para qué sirven esos símbolos, o para qué está aquí esta consola. Una vez lo descubres, todo se desarrolla más o menos fácil. Personalmente no me he atascado en ninguno, y eso que algunas veces me cuesta ver todas las partes. Pero, por suerte, están bastante claros los objetos que son parte del rompecabezas y cuáles son mera decoración, principalmente gracias a un brillo característico o porque se puede interactuar con él. Deberemos recordar alguna combinación, pero no tendremos bolsillos para llenarlos de cosas que tal vez nos puedan ser útiles, ni series de paneles con reglas más y más complejas (te miro a ti, The Witness). Es más ligero y se supera bien en dos o tres horas.

Gráficamente es un 3D sencillo donde priman los elementos geométricos. Busca dar la sensación de espacioso, mundano y vacío, pero sin perder nunca de vista la utilidad. Puede que haya alguna habitación de más para despistar en tu búsqueda del objeto que necesitas, pero no muchas, y puede que luego sirva para encontrar otra cosa o como zona de paso. La música, realizada por Ruba Oliva, nos acompañará en contadas ocasiones, dando ambiente y poniéndonos en un estado anímico adecuado. Pero lo que prima es su ausencia, destacando y reforzando la sensación de soledad con el sonido del viento, el agua, nuestros pasos, o los vasos y platos que tiremos. Como curiosidad quiero decir que interactuar con platos, vasos o jarrones no sirve de nada pero puedes hacerlo y descubres que se usa el mismo sonido para casi todo, aunque sean de diferente material. Queda raro, pero tiene su lógica, ya que siendo un juego tan modesto, supongo que se ha recortado en este ámbito. Y volviendo a los sonidos escasos y naturales, hay momentos en los que suceden cosas impactantes o importantes y vienen acompañados de un sonido fuerte, y de mi corazón huyendo de mi cuerpo. Deberían poner aviso de jumpscare, porque aunque tiene momentos siniestros, debido a lo que te quiere contar o a las figuras oscuras, no es algo que esperes en este tipo de juegos.

Captura de Tempus en una sala donde se desarrolla un puzle

Otro aspecto interesante de Tempus es que está disponible en VR, y se nota bastante en su distribución de menús nada más entrar. Yo no he podido probarlo, así que no sé cómo de bien se disfruta, pero en modo normal está bien adaptado. Los controles son sencillos: andar, correr, agarrar o interactuar. No tiene más. Se lleva bien con ratón y teclado. Mi principal problema ha sido la primera persona porque me mareo, y el personaje al andar tiene ese movimiento de cabeza que le da realismo pero no ayuda a mantener mi estómago en su sitio. En la mayoría de los puzles tienes que moverte, ya sea como parte de lo que tienes que hacer o porque el espacio es muy amplio y debes avanzar mucho de uno a otro, o incluso si estás buscando algo que necesitas. Muchos movimientos bruscos de cámara que han hecho que me tome el título con tranquilidad y a ratitos.

Por lo demás es un juego modesto que cumple lo que promete. No es el primer título de este estilo de K148 Game Studio, aunque sí el primero que he probado y he salido satisfecha. Es cortito, tiene puzles interesantes y variados, pero no son difíciles ni sesudos. Además deja un toque de exploración que, aunque no se vea recompensado, es agradable (si no te mareas) para poder alargar un poco más la experiencia. Casi podrías quedarte a vivir en la isla. Así que si te gusta lo que lees, dale un tiento a Tempus y apoya el producto indie español.

Copia de prensa propocionada por K148 Game Studio.

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Azka
Azka @AzkaLaura

Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.

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