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Análisis de McPixel 3

29/11/2022 | Nix | No hay comentarios
Desde hace ya algún tiempo los videojuegos son un tema serio, una demostración de que la unión de las artes, tales como la música, la pintura, la arquitectura y el cine, han dado paso a un medio de entretenimiento superior que consigue hacernos sentir un rango de emociones nunca visto, pensar y debatir sobre temas filosóficos o admirar los contrastes de luces y colores que usan para transmitirnos hasta el más mínimo detalle. Y también tenemos McPixel 3.
Si bien estamos en una época en la que la mayor parte de los juegos, tanto triple A como indies, intentan tratar temas que preocupan al público, no es el caso de este juego. McPixel 3 trata de recuperar, en cierta manera, esos títulos que lo único que querían hacer es que nos lo pasásemos bien, y lo hace uniendo el humor absurdo, las mecánicas sencillas y los chistes recién salidos de culos pixelados. Y, permitidme decirlo, lo hace maravillosamente.
La historia de McPixel 3, si se le puede llamar de esa manera, comienza teniendo que cortar y comernos una bomba, reconstruirla dentro del estómago y cagarla, haciendo que explote en su impacto contra la taza. Todo eso en 30 segundos, y a partir de ahí no para de ir hacia arriba. La premisa es simple, sueltan a nuestro protagonista en medio de una ciudad y tenemos que recorrer cada rincón para poder ir desbloqueando los grupos de minijuegos que nos harán engancharnos las siguientes tres horas, más o menos. Entraremos en un tren, iremos a un arcade, veremos la televisión o un señor exhibicionista nos enseñará los… minijuegos. Éstos nos irán dando monedas a medida que los vayamos solucionando, y esas monedas nos permitirán ir desbloqueando nuevas zonas. Un sistema de progresión simple y sencillo, pero que funciona y cumple todo lo necesario. Al fin y al cabo, McPixel 3 sólo quiere complicarnos las cosas en los minijuegos. Y para que nos encontremos a Steve, claro.
La base de los grupos de minijuegos es muy fácil de entender. Cada conjunto está relacionado entre sí con la misma temática, ya sea sobre medios de transporte, videojuegos retro o series, entre otros muchos temas. Además, también coinciden en su forma de resolverlos, siguiendo un estilo point & click en el que nos permiten movernos e interactuar con diferentes objetos, todo ello dentro de un margen de tiempo muy corto que varía dependiendo de lo que debamos resolver. Siempre parece que es muy poco tiempo, pero es más que suficiente en cuanto descubrimos qué es lo que tenemos que hacer. La gracia está en que, de entrada, no tenemos ni idea, no nos da la más mínima pista, y nos va a tocar interactuar con todo lo que podamos antes de que explotemos y tengamos que repetirlo. Sin embargo esas repeticiones no se hacen tediosas, sino todo lo contrario. Al hacernos repetir todas las escenas que todavía no hemos solucionado, siempre tenemos cierta variación que hace que nuestra mente tenga que ir saltando entre ellas para poder conseguir resolver alguna e incluso conseguir encontrar algunas pantallas secretas (como las del propio Steve). Nos encontraremos cosas relativamente normales, como evitar que nos atropelle un autobús o evitar que un oso polar nos coma, mezcladas con cosas loquísimas como tener que jugar al Among Us con la tripulación de Star Trek, o ser una ameba en un charco en el que podemos ver emojis.
Tanto la estética píxel (no podía ser otra en un juego llamado McPixel 3) como la música encajan perfectamente con el estilo del juego. Es bastante inevitable no pensar en South Park al ir desbloqueando pantallas en las que vemos cómo estábamos controlando a un señor desde el interior de su culo (el de atrás) para, posteriormente, asomar la cabeza por el mismo. En concreto, lo normal es pensar en Terrance y Phillip, pero esta vez siendo una sola persona. Y esto también es debido, precisamente, a la forma de aprovechar un apartado visual sencillo que, al mismo tiempo, se convierte en característico. Tanto, que acabaréis imaginándoos a McPixel en vuestras propias situaciones descabelladas mientras tarareáis la canción principal.
McPixel 3 es ese juego de humor absurdo que puedes pasarte entero de una sentada o reservarlo para pequeñas partidas rápidas, adaptándose al tiempo que tengas para dedicarle. Y si encima le añadimos el tener que estrujarnos un poco los sesos, pues mejor que mejor. Es, además, un muy buen juego para alegrarte el día y, aunque tiene un humor que quizá no es para todo el mundo, al mismo tiempo también es de un tipo inofensivo, buscando el chiste fácil que puede hacerte gracia con 10 años y con 40. Y con suerte en cualquier momento se animan a sacar el segundo título de la saga, al que podríamos empezar ya a llamar McP2. Porque, ¿a quién no le va a gustar un buen chiste de pedos?
Copia de prensa proporcionada por Cosmocover
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.