¡¡Les van a subir el precio de los chuches!!

Análisis de Death or Treat

Análisis de Death or Treat

Otra de las (muchas) cosas que tenemos en común Aonia y yo es nuestro amor por Pesadilla antes de Navidad. La imaginería, los colores y las canciones de la Ciudad de Halloween enamoran a cualquiera, le guste celebrar la festividad o no. Todos esos elementos, sumados a una buena tanda de mamporros, los podemos encontrar en Death or Treat, el último título de los españoles Saona Studios. 

La ciudad de HallowTown puede parecer un lugar aterrador, pero sus habitantes son más que amigables. Allí es donde tiene su tienda Scary, que durante años ha liderado la venta de caramelos para Halloween. El problema llega cuando se extiende una nueva droga, el Storyum, que rápidamente afecta a todos los habitantes del Hallowverso, convirtiéndolos en monstruos. Poco a poco todos los negocios van entrando en bancarrota y se ven obligados a cerrar, pero Scary no dejará que HallowTown ni su negocio caigan sin luchar. 

Su andanza comienza de forma más bien modesta en la propia ciudad. Inicialmente contamos con un palo de escoba como arma, así como tres habilidades mágicas. Cada cual tiene sus propias ventajas: pueden ser fantasmas explosivos, un disparo especial o la posibilidad de convertir a Scary en un torbellino que arrollará todo a su paso. Solamente podremos equipar un arma y una magia en cada intento, así que encontrar cuál se adapta mejor a nuestro modo de juego es fundamental

El Hallowverso se divide en cuatro localizaciones, que visitaremos consecutivamente: Darkchat, Riptok, Deviltube y Faceboo!.  Nuestra función en todas estas zonas será derrotar al jefe final para poder avanzar y, aunque al principio no estará disponible, podremos desbloquear rutas cortas para llegar a cada una sin pasar por las anteriores. En nuestro camino se interponen, eso sí, multitud de enemigos. Algunos de ellos son característicos de cada pantalla, y otros son comunes, aunque con pequeñas variaciones entre una localización y otra. Cuando los derrotamos nos dan caramelos, la moneda más habitual del Hallowverso, pero ocasionalmente pueden otorgarnos un objeto extra. Éste depende del tipo de enemigo: así, matando murciélagos conseguiremos sus alas y los diablillos soltarán cuernos. 

Captura de pantalla de Death or Treat. Tienda.

Nuestro objetivo secundario más importante, y que será de vital importancia de cara a tener éxito en los sucesivos intentos, será reconstruir los negocios abandonados. Por ejemplo, en la Forja de Frank compraremos armas, en Necrosoft perfeccionaremos nuestra magia y en DetoxBucks podremos adquirir mejoras para la vitalidad de Scary. No son precisamente baratas, sino que cada una de nuestras adquisiciones en los diversos establecimientos requerirá de varios intentos en los que tengamos la suerte de obtener estos objetos especiales. No solo eso: al terminar cada vuelta, no podremos llevarnos todo cuanto hayamos obtenido, sino un número bastante limitado. Éste podrá incrementarse tanto consiguiendo mochilas a lo largo de nuestra andanza o comprando mejoras (a precios poco populares) en la tienda de Joe Bite Them

Death or Treat es un roguelite con toques de hack and slash, que además pone a prueba nuestra habilidad con las plataformas para sacar el máximo partido a cada zona explorada. Porque, si bien podemos buscar la ruta más corta e intentar ir rápidamente hacia la puerta que nos lleva a la siguiente sala, compensa mucho dedicar un buen rato a rebuscar en cada rincón. Hay multitud de cofres que otorgan caramelos y objetos extra, así como corazones que restablecerán nuestra vitalidad. Por supuesto, derrotar el máximo de enemigos aumenta la probabilidad de que consigamos ítems raros para intercambiar en el mercado, pero también corremos el riesgo de que un mal golpe nos lleve de vuelta a la casilla de salida

Captura de pantalla de Death or Treat. Combate contra boss.

Los escenarios del juego están muy bien diferenciados, sabiendo perfectamente en qué zona nos encontramos en cada momento simplemente por su ambientación. Todos ellos se encuentran pintados a mano, y están plagados de referencias y pequeños detalles que da gusto pararse a ver y analizar. Por supuesto, los personajes tampoco se quedan atrás: no hay más que decir que el antagonista principal del juego no es otro que Clark Fackerberg. Los toques de humor son constantes, y en más de una ocasión estas referencias poco sutiles a la política y el capitalismo nos arrancarán más de una sonrisa. Las animaciones son muy fluidas, aunque en ocasiones en las que había muchos caramelos en la pantalla sí noté alguna caída de frames.

Death or Treat no es un juego que se haga excesivamente complejo, pero tampoco es precisamente sencillo. Hace falta mucha paciencia para avanzar en algunas zonas y, sobre todo, para desentrañar los patrones de ataque de los jefes finales. Además, el porcentaje de caída de los objetos puede llegar a ser desesperantemente bajo en algunas ocasiones. Lejos de desanimar, su estilo alegre y desenfadado insta a intentarlo de nuevo y avanzar un poco más en el escenario. Y puedo afirmar que las horas volaron mientras yo pensaba “una vuelta más y lo dejo por hoy”. Un engaño mayor que los anuncios de Deviltube.

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Alystrin
Alystrin @Alystrin

Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"

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