Análisis de Protocorgi

Es un secreto a voces que me encantan los perretes, y más cuando puedes salvar el mundo con ellos. Si lo juntamos con un pixel art muy cuidado, tenemos como resultado Protocorgi. Este título nos sumerge en un intenso shoot ‘em up brillante, colorido, con un adorable corgi robótico como protagonista.

La historia nos traslada al planeta Tierra. Durante el ataque de una raza alienígena, que pretende conquistar la galaxia, estos seres en forma de pez secuestran a Nixie, la dueña y amiga de Bullet, nuestro perrete protagonista. A través de diferentes pantallas, iremos eliminando a estos alienígenas y a diferentes jefes de cada fase, hasta conseguir liberar la galaxia y a nuestra amiga. 

La jugabilidad de este título es muy similar a cualquier otro matamarcianos: nuestro protagonista tiene un disparo principal con dos funciones: un disparo continuo, si mantenemos pulsado el botón en el mando, o un disparo en forma de ladrido, y personalizable, si lo pulsamos a voluntad. Tendremos además otras armas, que nos ofrecerán protección, más disparos en otras direcciones o incluso ataques de área para limpiar zonas especialmente llenas de enemigos. Hay hasta veintisiete combinaciones distintas de armas que podremos conseguir. Cuando derrotemos a enemigos concretos, soltarán este tipo de armas de manera aleatoria, por lo que cada partida será totalmente distinta. Todas las pantallas nos pondrán en tensión, puesto que tendremos que encontrar la mejor manera de sortear obstáculos o disparos, pero la mayor intensidad la encontramos en las peleas contra los jefes. Apenas tendremos momentos de pausa para pensar y tendremos que visualizar rápido, desde el principio, los patrones de movimiento de cada una de las fases para salir lo más indemnes posible.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el sistema arcade que han desarrollado en el modo campaña. Si obtenemos un game over, no empezaremos desde la última pantalla donde morimos, sino desde el principio de la campaña. Es algo frustrante no poder acceder desde la última pantalla, pero es también uno de los encantos del juego. Si nos atascamos, podremos cambiar la dificultad para que nos resulte más sencillo: en el modo “Cachorro” los enemigos son mucho más fáciles de vencer, mientras que en “Ultra pesadilla”… el nombre lo dice todo. En la dificultad normal, el juego ya ofrece un reto, por lo que ofrecer niveles de dificultad se agradece para sudar lo menos posible, sobre todo si nos frustramos.

Conforme avanzamos en la campaña, iremos desbloqueando aumentos de vidas y oportunidades de seguir jugando. Es decir, al principio el game over nos salta después de haber perdido las dos vidas de Bullet dos veces. Conforme superemos fases, el número de oportunidades aumenta, lo que hace más sencillo avanzar según se complican las fases. Una ayuda que también podremos configurar, como el nivel de dificultad, dependiendo del reto que busquemos. Además, como buen arcade, Protocorgi tiene un sistema de marcadores y puntuaciones altas. Cada vez que salte el game over, aparecerá nuestra puntuación final y cuánto hemos avanzado en la clasificación general mundial. No he llegado al top 10, ni me he acercado, pero hemos venido a pasárnoslo bien.

La jugabilidad es buena y bastante fluida pero he encontrado algunos problemas: las hitboxes de algunos enemigos no están bien delimitadas, lo que hace que eliminarlos sea difícil, y muchas veces, acercarse demasiado al límite de la pantalla, por cualquiera de los cuatro lados de la misma, hace que nuestro corgi muera. Son detalles que entorpecen un poco la experiencia de juego y que, si se solucionan, ésta mejoraría mucho. Además, es mucho más cómodo y sencillo jugar con mando que con teclado y ratón. No tiene nada que ver el manejo con uno y con otro: con este último se hace muy tosco y complicado, mientras que con mando el manejo es simple y sencillo. No tendremos que estar recordando constantemente las combinaciones de teclas, que es una de las cuestiones que más me pesa a la hora de jugar con esa combinación.

Una de las cosas en las que más destaca el juego es en su diseño. Tenemos un pixel art muy detallado y colorido, con muy buenos diseños de personajes y de enemigos, todos distintos. Las animaciones de movimiento y ataques, tanto de Bullet como de todas las hordas de alienígenas y de los jefes, son fluidas y no desentonan en ningún momento. Protocorgi logra sumirnos en un ambiente frenético e hipnótico en el que no podremos despegar los ojos de la pantalla en ningún momento. La música también nos meterá de lleno en cada una de las fases, con ritmos muy marcados y base electrónica, similar a lo que nos encontraríamos en un arcade. Parece un homenaje total y absoluto a este tipo de juegos, y se nota el cariño con el que está hecho.

Algo que me llamó la atención desde que lo instalé es que este juego incluye un creador de niveles. Podremos diseñar tanto los nuestros como jugarlos y probar los de otras personas. Ofrecen muchas opciones para incluir enemigos, las armas de Bullet, fondos e incluso música. Podremos también jugar con la duración de cada una de las fases, e incluso recrear alguna vista en el juego. Es una adición bastante original para este tipo de juegos y que hemos visto en otros títulos como Portal 2, Fall Guys, o más concretamente Super Mario Maker. En estos títulos, la comunidad aporta niveles con dificultad variable, incluso temáticos, y se consideran una parte muy importante del mismo. Me recuerda mucho al editor de Super Mario Maker, con alguna salvedad, pero la idea de la que parten es la misma, ofreciendo desde un principio una gran variedad de opciones de personalización para realizar estos niveles al gusto. 

Por último, Protocorgi está localizado a varios idiomas, como inglés, japonés, coreano, chino y polaco, entre otros. La labor de los equipos de traducción y localización se encuentra debidamente acreditada en su apartado correspondiente. El estudio es chileno, así que la opción de español, tanto de Latinoamérica como de España, aparece ya por defecto.

Protocorgi es un shoot ‘em up curioso, con un estilo retro que nos hará recordar los arcades clásicos, con un simpático perrete de protagonista, que nos hará sudar en algún que otro momento mientras intentamos salvar la galaxia.