Análisis de Frank and Drake

Los misterios envueltos en un halo sobrenatural, e incluso surrealista, me encantan. Todo lo que sea tener pistas inconexas hasta que encajan todas las piezas me mantiene pegade a la pantalla, y así lo ha hecho Frank and Drake, una aventura narrativa con muy buena historia.

Este título nos traslada a Oriole City, donde vive Frank, un chaval que no recuerda nada de su pasado, y que está desesperado por saber qué ha ocurrido. Gestiona un pequeño edificio de viviendas, encargándose del mantenimiento general de las calderas, las pequeñas reparaciones, y también echa una mano a sus vecinos. Un día, su jefe, Ham, le cuenta que tendrá un nuevo compañero de piso esa misma noche en casa, llamado Drake, que solo vive por la noche. Al no coincidir sus horarios, ambos se comunicarán mediante post-its en la nevera, mientras intentan desvelar una conspiración que les amenaza a ambos.

El juego dura seis días y seis noches, que cambiarán según lo que elijamos en cada uno de ellos. Con cada camino que recorramos, desbloquearemos una parte de la historia, y solo podremos tener la imagen completa de todo una vez hayamos tomado todas las decisiones posibles. Las posibilidades de rejugar son bastante amplias, puesto que hay muchas posibilidades dentro de cada camino, que nos enseñará un trozo de toda esta historia. Es un acierto haberlo hecho de esta manera porque fomenta intentar acabar la historia completa. Deja un buen regusto de querer conocer más. Además, es un buen título para jugar con una libreta y boli al lado para apuntar pistas de puzles, cosas que nos hayan llamado la atención o simplemente para anotar el camino que hemos tomado.

Los árboles de decisiones nos permiten llevar un seguimiento de lo que hemos hecho hasta el momento

El diario que lleva cada uno de los protagonistas es clave en el juego, puesto que nos servirá para recordar lo que hagamos durante el día, además de los pensamientos de nuestros protagonistas. También nos dejará elegir qué nota queremos dejarle a nuestro compañero de piso, lo que influirá en la relación que acabemos desarrollando con él. Elegir correctamente para mantener una relación buena es difícil, puesto que, aunque elijamos lo que creemos que es correcto y que podría mejorar la relación, puede resultar en el efecto contrario. 

Las mecánicas de Frank and Drake son de point and click: tendremos diferentes maneras de interactuar con el entorno, que brillarán para que las usemos. Nos servirán para reparar objetos, descubrir mensajes ocultos u obtener coleccionables. Además, tendremos diferentes puzles que serán imprescindibles para avanzar. Algunos son sencillos pero otros me han resultado demasiado complejos, como el de la apertura de la caja fuerte, donde el propio acertijo me resultó muy difícil, y la manera de introducir el código tampoco era sencilla. Creo que, para algunas partes del juego, se echa en falta añadir alguna instrucción o pista, tanto en los puzles como en la primera vez que utilizamos los post-its; me costó averiguar cómo funcionaban.

Al ser una aventura narrativa, el texto juega un papel fundamental, especialmente en un juego donde tenemos dos protagonistas. Las maneras de expresarse y de escribir de cada uno tienen que diferenciarse, y se consigue. Mientras que Frank es más metódico y cuadriculado, Drake se deja llevar un poco más por sus sentimientos y por lo que piensa. Sin entrar en spoilers, la dualidad noche y día que presentan en ambos personajes es increíble, presentándoles como dos caras de la misma moneda. Esta dualidad también se ve en la música: Frank suele tener música más acústica, que casa perfectamente con su personalidad y con el día. Mientras que Drake tiende a tener música más destinada al ambiente nocturno, con bases electrónicas pero sin ser cargante ni muy ruidosa. Define perfectamente cómo es y en qué momento vital se encuentra. 

Frank suele pararse a contar con sus pensamientos todo lo que tiene delante

Uno de los elementos más representativos y llamativos de Frank and Drake es el uso de la rotoscopia. Es un estilo de animación que consiste en reemplazar los fotogramas de un filme por dibujos calcados sobre cada fotograma, y pretende transmitir la naturalidad de los movimientos de los personajes. Consigue transmitir de manera diferente las emociones de ambos, y le da un toque distinto a las escenas, dándoles más plasticidad y fluidez. Es un estilo raro de ver en videojuegos, y es curioso cómo se ha implementado para hacerlo funcionar aquí.

Me ha recordado mucho a Hotel Dusk: Room 215  y a Last Window: The Secret of Cape West, dos aventuras narrativas que salieron para Nintendo DS que tienen un estilo similar en cuanto a diseño, puzles y hasta música. Me ha dejado ese regusto a estos dos títulos por tener ese misterio difícil de resolver, del que nos dan muy pocas pistas, mientras averiguamos más sobre la vida del protagonista. Tanto Drake como Frank tienen ese aire a Kyle Hyde, tanto por su personalidad profunda y torturada, como por su manera de acercarse a la gente e intentar arreglar los problemas ajenos. 

El manejo con mando y con teclado y ratón es bastante similar; es posible que si la persona que juega está más acostumbrada a jugar con ratón que con mando le sea más sencillo hacer algunos puzles o interacciones. Sin embargo, con el mando también se hace muy fluido. Solo he encontrado dificultades de manejo con un acertijo en concreto, y fue con ambos controles. 

Los árboles de decisiones nos permiten llevar un seguimiento de lo que hemos hecho hasta el momento

El diseño de la interfaz de Frank and Drake es sencillo, intuitivo, y permite que veamos de un vistazo rápido las configuraciones. Podremos jugar en modo ventana o pantalla completa, la resolución, ajustar el volumen de los efectos y de la música, y también el idioma, aunque esto solo lo podremos hacer al inicio del juego. Está disponible con textos en diferentes idiomas: español, inglés, portugués, francés, alemán y japonés, y la localización aparece debidamente acreditada.

Frank and Drake es un juego refrescante, con unos gráficos llamativos y una historia atractiva, al que le puede pesar un poco la dificultad de algunos puzles y la ausencia de textos explicativos, o un pequeño tutorial al introducir mecánicas nuevas. Sin embargo, es atractivo y gustará a todas aquellas personas que hayan disfrutado con títulos como Hotel Dusk.