Sé que es una bruja porque a mí me convirtió en grillo

Análisis de Witchfire

Análisis de Witchfire

Hay que reconocer que determinados anuncios es prácticamente imposible pasarlos por alto. Esto mismo me ocurrió cuando vi por primera vez el vídeo de Witchfire: me recordaba en muchos aspectos a Dishonored, pero versando sobre fantasía oscura y envuelto en una ambientación maravillosa. Armas locas y magia en la batalla contra los espíritus. Huelga decir que me subí a ese tren sin pensármelo.

Este shooter en primera persona pone en la piel de un cazador de brujas enviado por el Papa, al más puro estilo de la película Van Helsing. Nos encontramos en una realidad alternativa, donde la magia es muy real y se está desarrollando una encarnizada batalla entre el bien y el mal, en la que la supervivencia de la humanidad está en juego. Se ha encargado a nuestro protagonista localizar un artefacto que puede ser determinante en la contienda. Durante su periplo las cosas no han sido precisamente fáciles y ha perdido la mayor parte de sus pertenencias, con lo que tendrá que empezar a limpiar la zona de cero.

Así comienza Witchfire, sin muchas más explicaciones ni secuencias complejas. Aparecemos en la Ermita, nuestro punto inicial en cada ronda, y donde a cambio del propio “fuego de bruja” (witchfire, la moneda principal que da nombre al título) podremos desbloquear las mejoras. Porque este FPS unipersonal no es otra cosa más que un roguelite, en el que cuando nos sobrepasen los enemigos perderemos la mayor parte de objetos y volveremos a esta capilla de partida para mejorar y continuar. Comenzamos el juego con muy poco material: unas pocas hierbas para crear pociones y una pistola. A partir de ahí, depende de nuestro trabajo.

El Cazador se enfrenta a uno de los enemigos en el bosque de la Costa Escarlata

Ven aquí que te evangelice

En esta Ermita podremos llegar al almacén de armas, pero también al laboratorio de alquimia y al de investigación. Los dos primeros tienen una función clara: almacenar los objetos y poderes ofensivos, y servir de centro neurálgico para destilar pociones, respectivamente. Sin embargo, el laboratorio de investigación merece ser destacado. Una vez alcancemos el nivel tres podremos utilizarlo para que, transcurrido un rato, se nos otorguen nuevas armas y poderes, que podremos seleccionar en el almacén y no perderemos en cada vuelta. Los minutos solamente pasan cuando estamos en una misión, con lo que el juego nos obliga a ser proactivas y matar el tiempo disparando a engendros. Por último, contamos con acceso al Altar de la Ascensión, en el que a cambio de witchfire nuestro personaje irá subiendo progresivamente de nivel. Cada aumento implica la mejora de una característica que elijamos, como la cantidad de vida, la eficacia de la duración o la stamina, y así podremos ir configurando la build que más nos convenza según nuestro estilo de juego.

Una vez preparado todo, nuestros pasos nos llevan al portal para comenzar la expedición. Hay que tener claro que Witchfire aún se encuentra en acceso anticipado, con lo que todavía no se puede explorar el mapa completo, sino las dos primeras islas. Con todo, es contenido a día de hoy más que de sobra. El mapa de cada zona cambia constantemente de forma aleatoria: aparecen marcadas zonas con enemigos de diversa dificultad, pero si reiniciamos nuestro avance su localización puede variar. Además, aparece la figura del Guardián, un espíritu que está moviéndose constantemente por la zona y que, si nos ve, dará la alarma y desencadenará el ataque de una horda de cultistas. En nuestro mapa se marcan también cofres, que en ocasiones precisarán de una llave para poder acceder a su contenido, y los muy ansiados alijos de munición. Una vez limpiemos el cuadrante de mapa de enemigos, aparecerá un cristal especial que nos otorgará una habilidad temporal para esa expedición. Las hay relacionadas con la magia, con el combate de armas físicas, y con nuestra propia salud y resistencia. Nuevamente, la elección está en nuestras manos.

El Guardián aparece ante nuestra vista como un espectro con una linterna

Pase lo que pase, ¡no vayas hacia la luz!

El punto final de cada zona es el jefe de área o familiar de la bruja. Huelga decir que es un combate tremendamente duro y complicado, y necesitaremos bastantes vueltas para poder enfrentarnos a él con soltura. Porque Witchfire puede parecer a primera vista un juego frenético, pero nada más lejos de la realidad. Es fundamental controlar la cantidad de munición y los enemigos a los que podamos enfrentarnos en cada zona, y enseña a las malas que lo primero es mantener vivo al Cazador aunque tengamos que buscar el portal de vuelta a la Ermita antes de lo que querríamos. No solo eso, sino que aparece una mecánica que conocemos de títulos como Song of Horror: el escenario dinámico. Si empleamos mucho tiempo en recoger recursos o abrir cofres, y poco en combate, la Bruja puede desencadenar la Calamidad, una suerte de maldición en la que puede aparecer niebla tóxica o resucitar muertos, y contaremos con un tiempo para desactivar antes de que se agote nuestra barra de cordura.

Aunque está en acceso anticipado, sí se puede ver que el desarrollo de Witchfire está siendo muy completo. Los gráficos son francamente buenos, sin que aparezcan molestos tiempos de carga de las texturas, y muchos de los escenarios pueden recordar a los juegos de la saga Dark Souls o a Dominula, el pueblo de los molinos de Elden Ring. Sí me he encontrado con algunos bugs un poco molestos, con el personaje con cierta tendencia a atascarse junto a los árboles, pero hay que decir que se resolvieron a los pocos segundos y sin repercutir en mi partida. Otro aspecto que podría mejorarse son las anotaciones del Narrador, que nos ayudan a adaptarnos a los eventos, pero que aparecen en la zona del minimapa (inferior izquierda) y puede ser difícil prestar atención a su lectura si estamos en plena vorágine de disparos. Por el momento, el único idioma disponible es el inglés, aunque próximamente se añadirán más.

Menudo juego que puede llegar a ser Witchfire. Incluso a día de hoy, con sus mecánicas aún por pulir y en acceso anticipado, me está encantando. Es un juego de disparos tremendamente adictivo, con una ambientación sobresaliente y que, de seguir por el mismo camino, gustará y mucho a todos los fans de los shooters y los roguelites y, por supuesto, de la fantasía oscura. Van Helsing puede ser la Mano Izquierda de Dios, pero nosotras somos su ametralladora.

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Alystrin
Alystrin @Alystrin

Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"

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