Análisis de Equilinox

07/12/2020 | Darkor_LF | No hay comentarios
Aunque apenas hablo de ellos, me gustan mucho los juegos de gestión. Me resultan tremendamente satisfactorios y relajantes. Por ejemplo, uno de mis juegos favoritos es el Zeus, Señor del Olimpo. Me da gustito ir colocando poco a poco los elementos por el escenario y ver cómo las cosas van interaccionando entre ellas. Me da paz interior ver cómo las chozas acaban convirtiéndose en ricos palacetes, y cómo la felicidad y el dinero llenan las calles cada vez más elegantes de la ciudad. También que los tiempos de estos juegos acaban por ser pequeños momentos frenéticos en grandes remansos de calma, donde muchas veces tu labor es mirar a la pantalla en busca de qué pequeña tarea puedes hacer ahora, que tu ciudad es próspe… un momento, ¿cómo que hay un incendio? ¿En la zona de viviendas? ¿Y dónde están los bomberos? Espera, ¿que no he cerrado bien el camino y no llegan por culpa de un ángulo muerto? Oh mierda, se están empezando a derruir casas. Y claro, sube el paro. Vale, un momento de calma, vamos a pausar y redistribuir trabajadores. No, Micenas, no puedo mandarte tus aceitunas ahora, estoy algo liada… ¿Cómo que me invades en tres meses? Pues tu bronce tampoco es tan bueno. Vale, a ver, por partes, la ciudad ha terminado de arder porque no hay nada más que pueda quemarse. Me faltan 400 trabajadores y estoy haciendo malabares con los que quedan para que las casas no retrocedan y me quede con menos gente aún. Ah, y Micenas viene a invadirme en un mes.
Qué relajante es jugar al Zeus y a cualquier juego de gestión.
Encontrar un juego de gestión que no te penalice de esta forma al cometer un pequeño error es complicado. De los que he probado, nunca había encontrado ninguno donde primara la relajación. Por eso Equilinox me ha resultado tan satisfactorio.
Equilinox es un juego que salió en 2018 por parte de ThinMatrix, un estudio indie de una sola persona, Karl Wrimble, que contó con la colaboración de Jamal Green y Danek Studio para crear la banda sonora y los efectos de sonido respectivamente. Equilinox es un juego de gestión de naturaleza. Aquí, en vez de controlar una ciudad tendremos que vigilar y gestionar un o varios ecosistemas. De primeras es algo que parece ambiguo y complejo, pero el juego se encarga de llevarnos poco a poco y de la mano por las diversas etapas hasta conseguir formar ecosistemas complejos. Esto lo haremos de dos formas: completando tareas o evolucionando las distintas especies.

A esas gallinas les quedan dos días para jubilarse
Para lo primero basta cumplir una serie de requisitos, como producir veinte manzanas, o tener un número determinado de animales o plantas, como veinte peces payaso, o dos gorriones. La parte de la evolución es más compleja, pues deberemos asegurarnos de que una especie determinada cumpla una serie de requisitos y hacerla evolucionar. Puede ser algo tan simple como estar a una determinada altitud, o algo más complicado como tener un tamaño y color determinados. Para ello, en cualquier momento podremos hacer una crianza selectiva e introducir mutaciones que acaben produciendo el espécimen que buscamos. Si queremos lograrlo deberemos pagar DP, la “moneda” del juego, que conseguiremos bien cumpliendo requisitos, o bien teniendo animales vivos en nuestro ecosistema. A más “complejo”, más DP. Y aquí más complejo no implica mayor tamaño, sino mayor rareza, o que vivan en un ecosistema más raro.
Porque cada tipo de planta y animal generará un tipo de ambiente, y no todos pueden sobrevivir en todos los ambientes: muchos árboles no sobreviven en la nieve o el desierto; el arce rojo sólo sobrevive entre los 35 y los 65 metros de altitud; si no tienen suficiente trigo, las gallinas enferman y acaban por morir… Encontrar el equilibrio perfecto entre todas las especies no es muy complicado ya que la IA del juego evita que las poblaciones se descontrolen y todo se autorregula… siempre y cuando no seamos bestias y pongamos cinco lucios al lado de dos truchas. Las posibilidades de prosperar de las segundas son escasas, y si mueren, no tardarán en hacerlo los lucios también.
Y aquí viene la gran virtud del juego: el error apenas se penaliza. Si te despistas y colocas una especie donde no toca, la mayor dificultad es que tendrás que iniciar un ecosistema en otra área. Con el consiguiente coste de tiempo y DP solamente. No hay nada estresante en Equilinox, lo que es lógico en un juego basado en la evolución, que sabemos que no es algo que suceda de un día para otro, sino que es algo que lleva su tiempo y mucho ensayo y error. Aunque nos saltamos esa última parte. La música además invita a tomarte las cosas con calma y tranquilidad, siendo siempre relajante. Tanto que te hace sumergirte en tu trozo de terreno a ver como va aumentando tu población de conejos, mientras ves crecer y morir a las plantas.

Antes todo esto era… otro desierto distinto
Todo esto reforzado con unos gráficos low poly, y unas animaciones efectivas pero que no dejan de recordarnos que nuestros animales no tienen rodillas (es especialmente divertido ver brincar a las cabras). La paleta de colores es variada y de tonos suaves, perdiendo contraste en las horas nocturnas, lo que dificulta distinguir animales. También cuesta de ver algunas de las distintas zonas boscosas, que se diferencian en pequeños matices de verde. A nivel técnico, está sólo disponible en inglés, pero no entraña mucha dificultad al estar los nombres acompañados de sus dibujos. Las plantas y animales estarán divididos en áreas y podremos filtrar algunos parámetros, aunque he echado en falta un buscador para las etapas más avanzadas, o cuando necesitaba encontrar una planta en concreto pero no la veía entre el bosque.
Pese a esos detalles puntuales, Equilinox es un juego casi perfecto. La música relajante, la tranquilidad y los gráficos te llevan a un lugar donde el tiempo pasa sin que te des cuenta. Y además tiene cabras.
Juego financiado a través del Patreon de Todas Gamers.
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Etiquetas: animalitos, cabras, ecosistemas, equilinox, gestión, Low poly, medio ambiente, thinmatrix