Análisis de Shady Part of Me

Análisis de Shady Part of Me

Shady Part of Me es un videojuego de puzles y plataformas desarrollado por el estudio independiente Douze Dixièmes y disponible para PC, Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One. Es uno de esos títulos con un trasfondo psicológico que, sin embargo, ha sabido diferenciarse del resto. No tanto por el uso de puzles, ya que éste es un recurso habitual ante dicha temática, sino porque no se centra en el trastorno mental de nuestra protagonista. Su historia nos muestra el proceso terapéutico. Pero ya hablaremos de eso.

Nos encontramos ante una niña sin nombre que, entre otras cosas, teme y evita la luz a toda costa. Junto a ella, su sombra, que le ayuda a cruzar las zonas iluminadas. Como podréis imaginar, para poder avanzar a lo largo de los escenarios, será inevitable que se ayuden la una a la otra. Esto dará pie a un continuo de conversaciones que nos harán partícipes del tipo de relación que tienen. La historia se centra tanto en esta peculiar interacción como en la razón de ser de ambos personajes. Por un lado, una niña que aparentemente tiene una psicopatología y rechaza la ayuda profesional y, por otro, la sombra que la acompaña, pero quiere confiar en aquellos que quieren ayudarlas. La forma en que está contada, a través de los puzles y del juego de luces y sombras, conseguirá mantenernos pegadas a la silla de principio a fin. Además, todo suma en esta historia: los diálogos entre ellas, los mensajes de la voz en off y los distintos fragmentos de texto que encontraremos repartidos por los diversos escenarios.

Los puzles, como no podía ser de otro modo, se centrarán en el juego de luces entre ambos personajes. Por un lado, la niña del mundo físico y tridimensional que debe moverse en la penumbra y, por otro, la sombra de esta niña, que recorre escenarios iluminados y bidimensionales, donde las sombras serán a la vez apoyo u obstáculo según su posición. Por otra parte, cada una cuenta con sus propios movimientos y limitaciones. La niña, por ejemplo, no salta, pero puede empujar y arrastrar algunos objetos. La sombra puede saltar y utilizar el cambio de perspectiva de algunas zonas en su favor, pero no podrá mover objetos. Esto da pie a algunos momentos graciosos en los que, por confundir los movimientos del personaje al que estamos manejando, le pediremos que haga una acción que no es suya y se encogerá de hombros. En cualquier caso, deberemos hacer interactuar a ambas con el escenario a fin de ir desbloqueando el camino de la otra, en un baile de cambios de lo más entretenido. Para ello, podremos utilizar tanto teclado como mando, ya que los controles son igual de cómodos, sencillos e intuitivos con ambos dispositivos. Quizás el único momento en que podría hacerse algo pesado sea precisamente aquel en que las dos avanzan de forma más lineal y debemos recorrer el camino con cada una de forma individual. Aunque los desarrolladores consiguen aligerar estas secuencias colando algún que otro fragmento de texto o diálogo que acaba por aportar algo a la historia. Además, he de admitir que el hecho de que el personaje en stand by se siente a esperar su turno abrazándose las rodillas me deja el corazón calentito.

La niña sobre un botón y la sombra junto a una palanca

Ahí tienes

Shady Part of Me es un videojuego de lo más relajante y que invita a tomárselo con calma, penalizando la impulsividad con muertes un tanto ridículas que corren totalmente a cuenta de la jugadora. Por ejemplo, si queremos avanzar demasiado rápido en determinados momentos, mataremos a nuestro personaje por no saber adaptarnos al ritmo al que aparecen las plataformas, haciéndola precipitarse al vacío y/o chocar con zonas espinosas. Lo mismo ocurre si no observamos bien nuestros movimientos y el escenario, ya que manejando a un personaje es fácil que provoquemos la muerte del otro por no estar del todo atentas a la posición del mismo o al juego de luces y sombras. Sin embargo, aunque pudiera parecerlo, el juego no resulta complicado ni estresante. La curva de dificultad está perfectamente equilibrada y, salvo algunos puzles hacia el tramo final del juego, es difícil atascarse. En cualquier caso, y como viene siendo costumbre en esta clase de videojuegos, la clave está en el ensayo-error, donde además contaremos con la herramienta más útil jamás inventada: la posibilidad de rebobinar en cualquier momento. De hecho, llegadas a este punto, quizás “muerte” no es la palabra apropiada, al menos no en el caso de ambos personajes. Si bien la sombra sí se esfuma por diversas causas —pincharse con espinas, ser aplastada por la sombra de ciertos objetos o apagar la luz del lugar en el que se encuentra—, la niña más bien queda expuesta a la luz y, por tanto, se paraliza completamente, obligándonos a retroceder y volver a pensar nuestra estrategia.

El ritmo calmado y de escasa dificultad del título viene envuelto en unos escenarios estéticamente suaves y bonitos, como si hubieran sido coloreados con acuarelas, y una melodía de lo más relajada y que parece transmitir precisamente las emociones adecuadas a cada situación. Así, la suma de elementos hace que el viaje merezca la pena ya solo por la ambientación. Lo cual es una forma ideal de invitar a las jugadoras a dar una segunda vuelta, tanto si han dejado atrás coleccionables —en forma de pequeños pájaros de origami— y secretos, como si quieren revivir la historia para sacarle punta al trasfondo. O simplemente jugar por el placer que supone recorrer los diferentes escenarios tan variados como perfectamente detallados, en los que encontraremos pequeños personajes que parecen sacados de una película de Tim Burton y con los que, por desgracia, no podremos interactuar demasiado. Otro elemento que invita a rejugar Shady Part of Me es, por un lado, su corta duración y, por otro, el selector de capítulos que se desbloquea tras finalizar el juego por primera vez. Este está formado por imágenes que crean un puzle al que faltarán tantas piezas como pájaros de origami hayamos dejado atrás, dado el caso.

La sombra asomada al borde de una zona elevada y la niña sentada en el suelo rodeándose las piernas con los brazos.

Habrá que saltar

Sin duda, Shady Part of Me ha cumplido totalmente con mis expectativas. Es un juego sencillo y a la vez profundo, que invita a volver y, sobre todo, a disfrutar el viaje. Con un trabajo detrás en el que se nota que han echado los restos por pulir cada detalle, desde el apartado audiovisual hasta el equipo de traducción y localización. De hecho, el juego se encuentra traducido y doblado a diversos idiomas, entre ellos el castellano, y salvo errores prácticamente imperceptibles, el trabajo es impecable. En otro orden de cosas, el título cuenta con el trabajo como actriz de doblaje de Hannah Murray (Gilly, en la serie Juego de Tronos), detalle importante a tener en cuenta si en la partida principal o en un segundo recorrido nos apetece contar con su presencia. Por lo pronto, a mí me ha dejado con ganas de volver e intentar obtener los pájaros de origami que pasé por alto, mientras me dejo envolver una segunda vez por su historia, escenarios, personajes y melodías.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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