La cartera llama más veces
Análisis de Lake

16/09/2021 | Nix | No hay comentarios
Desde hace algunos años tengo una amiga que me cuenta sus aventuras y desventuras como cartera, insistiendo en lo mucho que le gusta su trabajo a pesar de lo agotador que es. Nunca llegué a comprenderlo del todo, simplemente porque creo que no sería algo que yo disfrutaría tanto como ella, pero lo cierto es que gracias a los videojuegos quizá puedo empezar a entender su punto de vista. Uno de los que me ayudó fue, por supuesto, Death Stranding, aunque su componente de locura made in Kojima, las motos casi mágicas y los muertos flotantes diluían bastante la parte realista del reparto de paquetes. El siguiente, esta vez de una forma bastante más acertada, es Lake, un juego pequeñito y acogedor que te hará apreciar mucho más el servicio postal y los cálidos pueblos de las montañas.
Meredith Weiss, nuestra protagonista, es una informática que está en el punto más alto de su carrera en pleno 1986, con un futuro maravilloso por delante que todavía no conoce porque… bueno, porque ella no puede ver el futuro y no sabe la forma en la que va a explotar la tecnología en los próximos años. Sin embargo, decide volver a Providence Oaks, su pueblo natal, tras 22 años viviendo en la gran ciudad. Eso sí, con el único fin de aprovechar sus vacaciones para ayudar a su padre, un cartero recién jubilado que se largó un par de semanas a celebrarlo con su mujer a Florida. Meredith se encargará durante esos días de hacer la ruta que le correspondía a su padre, ocupando su puesto de forma provisional hasta que consigan a un sustituto.
En el momento en el que nos subimos al camión de reparto, nos damos cuenta de que lo que reina en este juego es la tranquilidad. No tienes un orden fijo en el que llevar las cartas, ni un tiempo límite, y ni siquiera te influye el tráfico ni la cantidad de paquetes que tengas. Todo está planteado de forma en que tu día comienza, coges tu camión, y tú decides cuándo terminarlo, porque el único requisito es que repartas cada una de las cartas y paquetes que llevas, pero puedes seguir deambulando por el pueblo y alrededores hasta que te aburras y finalices el día en la oficina. Y los demás personajes te lo agradecerán, porque no se pueden construir relaciones si quien te trae los paquetes tiene el mismo tiempo que el pobre repartidor de Amazon (Jeff Bezos, págales más y déjales respirar, desgr-). Por supuesto, 22 años después, el pueblo está muy cambiado, hay personas que vinieron y otras que se fueron, y eso es lo que vas a ir descubriendo en tu día a día.
Te reencontrarás con Maureen, la alegre propietaria del bar de la zona, que te trata casi como una madre porque te conoce desde siempre; con Kay, tu mejor amiga de la infancia con la que, por diversos motivos, acabaste perdiendo el contacto; o incluso con la señora de los gatos, que por supuesto también hará su aparición estelar. Además de eso, también conocerás a nuevas personas como el leñador activista, la fanática del cine propietaria de un videoclub, el granjero DJ, la pareja que huye de la justicia, la niña mecánica… un montón de gente con su propia personalidad, vivencias e inquietudes. Nos contarán sus historias, nos pedirán favores que decidiremos si hacer o no, e incluso tendremos la oportunidad de vivir nuestro propio romance. No esperéis un nivel de romance estilo Bioware, pero sí la posibilidad de poder elegir entre un interés romántico masculino y otro femenino que, sin una trama elaboradísima, consiguen ofrecernos una pequeña historia de amor bonita y sencilla. Al fin y al cabo, el juego se basa en cosas cotidianas que podrían sucederle a cualquiera, y ese es parte de su encanto.
En cuanto a los aspectos más técnicos y videojueguiles, tengo que reconocer que me sorprendió gratamente el control del camión de reparto, pues le pusieron mucha atención al detalle para dar una sensación de conducción bastante realista para el tipo de juego que es. La aceleración gradual, la influencia de las cuestas en la velocidad y la minuciosidad de escuchar cómo la radio falla en algunas zonas nos da una inmersión en el juego muy agradable, al no tener que tratar con el típico “coche de choque” que suele aparecer en muchos títulos. Sin embargo, no solo sobre ruedas se queda la cosa, porque cuando manejamos a Meredith caminando también nos llama la atención su velocidad. Meredith va despacio. Muy despacio. Tiene un botón que hace que camine un poco más rápido, aunque nunca la verás corriendo, porque no lo necesita. Su trabajo es tranquilo, el pueblo también, y ella se toma con calma cada una de las cartas que tiene que entregar. Quizá la gente más ansiosa se desesperará al ver que va tan lenta, pero a mí me parece un acierto que va acorde al estilo del juego.
No podemos desmerecer tampoco la calidad visual ni la sonora, y es que, en los dos casos, estoy segura de que una decisión diferente habría empeorado el juego. En cuanto a lo visual, sin utilizar texturas hiperrealistas ni modelados extremos, consiguen replicar las sensaciones de estar en plena naturaleza, en un pequeño pueblo del norte de Estados Unidos en el que todo está plagado de árboles, ciervos, sol, lluvia y un lago gigante y precioso. La parte sonora me gusta especialmente porque consiste única y exclusivamente en los sonidos de la naturaleza, y como extra el motor de tu camión cuando vas conduciendo. Salvo las conversaciones, no tienes nada más, no hay ruido, no te persigue una banda sonora épica vayas a donde vayas. A menos que decidas encender la radio del camión, con sus canciones bonitas y alegres, sus desintonizaciones y su volumen amortiguado una vez que sales de él para dejar una carta. Todo está muy bien pensado y adecuado, ayudándote a conseguir esa sensación de normalidad que le da tanto valor al título.
Lake es un Death Stranding amable y tranquilo, en el que, pudiendo utilizar el viaje rápido y la conducción automática todo lo que quieras, preferirás seguir tu ruta por la carretera alrededor del lago, disfrutando el camino y las vistas durante tu viaje hacia esos trocitos de historia agradables y cariñosos que irás descubriendo día a día. Lake te ayudará a apreciar todavía más el trabajo de toda esa gente que forma parte del servicio postal, así como al propio servicio en sí, imprescindible para nuestro día a día. Y, de paso, Lake te hará mirar con mejores ojos la vida en los pueblos pequeñitos y la naturaleza.
Copia de prensa proporcionada por Gamious.
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
Etiquetas: aventuras, cartera simulator, es todo muy bonito, Gamious, indie, Lake, Romance, steam, WhiteThorn Games