Análisis de Evil Genius 2: World Domination

17/03/2022 | Darkor_LF | No hay comentarios
Hay sagas que tienen un primer juego brillante y que, por avatares del destino, no se vuelve a saber de ellas hasta mucho tiempo después, cuando otro estudio recupera la franquicia. Es el caso de Evil Genius, cuyo primer juego fue desarrollado por Elixir Studios y Sierra Entertaiment en 2004 y casi veinte años después ha llegado su segunda entrega, Evil Genius 2: World Domination. En este caso de la mano de Rebellion Developments, empresa británica conocida por la saga Sniper Elite, la cual se hizo con los derechos de la extinta Elixir Studios.
Evil Genius 2: World Domination sigue la misma línea que su predecesor. Con ambientación más que clara en las películas de James Bond de los años 60 y 70, nos encontramos con el giro, ya no tan sorprendente, de encarar a los villanos. Deberemos construir nuestra base, dar golpes malignos por el mundo, evitar que se infiltren en ella para saboterarla… lo típico. El humor que tiene sigue la línea que se puede esperar en estos casos: malos muy malos que tratan mal a los esbirros bajo su mando. Todo dentro de lo esperado con un jefe megalomániaco que sólo sabe tratar a sus empleados usando el terror. Vamos, como cualquier jefe de multinacional que nos podamos imaginar a día de hoy.
Pasando a Evil Genius 2 en sí, debo mencionar que no he jugado a su predecesor y hay algunas decisiones de diseño que no sé muy bien si son homenaje, mantener la esencia o un fallo garrafal. Antes de ahondar en esto, mejor hablar de qué vamos a encontrar en el juego. O más bien qué no nos vamos a encontrar, como es un modo historia. No tendremos campañas-tutoriales que nos llevarán paso a paso por nuestra aventura, sino un único modo que servirá de tutorial muy largo, con una misión principal única, pero sin capítulos. Particularmente este tipo de enfoque se me hace bola, ya que el uso de capítulos cortos y separados me permite manejarme mejor, al no tener que hacer una planificación a muy largo plazo. Y esto se nota sobre todo a la hora de gestionar una base que va creciendo cada vez más.
La gestión es el punto donde más flaquea este título. No sé cuánto es heredado de su predecesor, pero la forma de construir la base es mejorable. Excavaremos las habitaciones en el interior de la montaña y colocaremos objetos. Pero sólo podremos colocar los objetos que le toquen a cada habitación. Es decir, si construimos un cuartel, no podremos poner equipo de investigación en esa sala. Esto no sería un problema de que te puedes despistar (quien no haya confundido un edificio en un juego de gestión, que levante la mano), y si confirmas la construcción, no podrás hacer un borrón y cuenta nueva, sino que tendrás que esperar que construyan la sala, llenarla de tierra y rehacerla, algo que puede resultar bastante tedioso cuando buscas crear una nueva y gigante sala de operaciones.
Otro aspecto a tener en cuenta son las dimensiones de lo que coloquemos y la posibilidad de ampliaciones de las salas. Esto provoca que si haces una mala planificación inicial, lo arrastrarás durante toda la partida. Y como he comentado al inicio, al no tener capítulos, una mala decisión puede obligarte a empezar de cero, cosa que no es divertida cuando llevas varias horas.
Esta falta de guía se nota a medida que desbloqueemos cosas. Se te dan breves indicaciones, pero sin ahondar en ellas. Por ejemplo, se te avisa de que habrá equipos de infiltración y que puedes contrarrestarlos con trampas y esbirros, pero no se te da una información clara de cómo colocarlo ni cómo distribuirlo, ni su utilidad en caso de asalto. Y este es el mayor problema que tiene el juego, su sistema de gestión de alertas.
Recibes avisos durante todo Evil Genius 2: World Domination, pero no tienen una información clara. De golpe puedes encontrarte un incendio, al que no das más importancia, hasta que tu base se empieza a llenar de cadáveres que desmoralizan a tus esbirros. Porque resulta que en algún momento se han destruido tus incineradores y de golpe te encuentras en el punto de no retorno que tienen todos los juegos de estrategia. Ya sabéis, ese en el cual todo se descontrola por un pequeño error que genera una reacción en cadena que destruye todo. Puedo convivir con esto y es un factor a tener en cuenta, pero aquí, ante la falta de información y checkpoints claros, lo vuelve un horror.
Todos estos fallos son dentro de la base, en la cual sí que recibimos un mínimo de feedback del juego sobre qué está pasando. Por contra, la pantalla de mundo se vuelve un infierno de gestionar en el momento que avanzamos un poco en la dominación. Aquí tendremos sólo avisos de que han pasado cosas. ¿Qué cosas? Para qué quieres saber eso, jajaja saludos. Y cuando te mandan misiones exteriores, un poco igual, no hay una indicación clara, ni un “llévame a este punto”. Debes ir repasando territorio a territorio los iconos hasta encontrar el que corresponda.
Aunque en algunos juegos de estrategia se puede pasar sin usar algunas funcionalidades o modos de juego, este modo mundial es clave para avanzar en las misiones secundarias que nos permitirán desbloquear mejoras, lugartenientes y conseguir oro. Sí, cada vez que termine una misión, deberemos recorrer el mapa para encontrar qué territorio ha quedado libre para iniciar una nueva misión y tener dinero con el que pagar a nuestros esbirros. Así que no es tan fácil como ignorarlo y centrarnos en nuestra base.
Estos fallos de la interfaz lastran por completo a Evil Genius 2: World Domination. Un juego de estrategia que tiene un enorme potencial, sobre todo en la vertiente humorística, pero que es tan poco claro en lo que sucede dentro de él, que al cabo de un rato lo único que tenía ganas era de iniciar una nueva campaña en el Zeus, Señor del Olimpo.
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