Lo importante son los caos que montamos por el camino

Análisis de Monster Prom 3: Monster Roadtrip

Análisis de Monster Prom 3: Monster Roadtrip

No podemos decir que en nuestra nuestra página no le hayamos hecho ojitos a los dating simulators, ni a las novelas visuales, ni a un juego cooperativo local. Por eso, allá en su momento no pudimos resistir la tentación del simulador de citas español Monster Prom, en el cual teníamos que luchar por conseguir el baile de fin de curso con el monstruo de nuestros ojos y fallar en el intento. Para regocijo de cualquiera que haya probado esa primera parte, y con el trabajo de Monster Camp a la espalda, Beautiful Glitch toma esta vez los motores y nos lleva de excursión con Monster Prom 3: Monster Roadtrip.

En este viaje acompañamos en su descapotable a unos viejos conocidos de la saga, el dúo de Polly la poltergeist y Scott el hombre-lobo, conocidos como los Prank Masterz, en un viaje hacia el caos, la diversión y lo desconocido. Literalmente, porque ni ellos saben ni por dónde pasarán ni cuánto les durará la gasolina mágica hasta que tengan que dar la media vuelta o provoquen el fin de los días. Y es que, en esta edición de la monstruosa saga, el verbo principal, más allá de disfrutar o ligar como en otras ediciones, es sobrevivir. Con los diferentes recursos y habilidades existentes, pasando por el dinero o la magia hasta por la bondad y la motivación, nos encontraremos con diferentes retos y la forma en cómo los afrontemos cambiará nuestras reservas de recursos. Pasamos de que el epicentro de la aventura sea calcular cuánto de encantadores, listos o malotes tenemos que ser para impresionar al ligue de turno a terminar esta experiencia por lo más alto (conseguir que uno de los recursos/habilidades llegue a su tope) o en fracaso absoluto (que una de los recursos/habilidades se vacíe por completo). Que no quiere decir que no pueda zarpar el amor entre carretera y carretera, que no os quepa duda.

¿Quién les dice que no a esas caritas?

Otro aspecto que se mantiene es el aire cooperativo/competitivo, ya sea tanto a nivel local como a nivel online con hasta otros 3 jugadores, y vuelve a ser todo un acierto, ya marca de identidad de esta saga. El juego es perfectamente disfrutable de manera individual, pero no hay nada mejor que hacer el caos en compañía, ya sea para ayudaros a salir adelante, ponernos la zancadilla o babear por el mismo personaje. La gracia ya no es siquiera llegar lejos o llegar antes como dice el refrán, es dejar marca en todos los sitios por donde paséis. Tendréis multitudes de localizaciones, desde el bar de carretera, pasando por la feria de pueblo o el típico agujero en mitad de ninguna parte del desierto para solucionar el entuerto a vuestro rollo. No obstante; el juego no se contenta solo con poner opciones en las que ganar algo o perder un poco de algo, sino que también mete la variante riesgo con la que aumentar la apuesta.

Besitos y mazmorras creo que se llama el libro

Esto podría ser, en otros casos, una manera de agilizar las runs o acortar tiempo para quien se aburra, pero en Monster Prom todavía no han alcanzado el aburrimiento. Aunque sea un juego fundamentalmente de supervivencia y ya después ligar, han mantenido la frescura y el humor ya presente en los anteriores juegos, está plagado de referencias a cultura pop de los últimos años y a situaciones de las anteriores entregas, y tiene alguna que otra puyita a la situación actual, todo eso aliñado con lo absurdo (en el buen sentido) de muchas de las resoluciones que proponen el dúo unineuronal de Polly y Scott. No han soltado el acelerador en la escritura, y no existe diálogo que no pueda describirse como salvaje. En este sentido, el juego también permite regular ciertos triggers que puedan afectar al estado del jugador, como referencias a drogas o a sexo, las cuales no pueden ser cómodas para todo el mundo. No las necesitan para provocar situaciones desternillantes o querer que sepas qué idea loca se les pasará a Polly, Scott o los diferentes acompañantes en el coche: los personajes ya cargan con suficiente personalidad e historia para crear esas situaciones por su propia cuenta y te intereses por ellos, incluso si no los has conocido de anteriores entregas. No esperéis tampoco encontrarlo todo a la primera ni a la segunda pues el juego logra una amplísima rejugabilidad a través de múltiples finales, tanto normales como secretos, localizaciones que raramente se repiten, objetos solo obtenibles bajo ciertas condiciones… con una vuelta nunca es suficiente para entender la integridad de lo que nos presenta Beautiful Glitch y lo que le queda según sus propias cuentas: nuevas localizaciones, la mítica galería con la que disfrutar del excelente arte, del que incluso consiguen elevar el nivel, y diferentes eventos a lo largo del año.

Oh, si este comentario fuera el más fuerte

Monster Prom 3: Monster Roadtrip vuelve a ser un giro de tuerca de la idea original bajo la que nació Monster Prom que no solo no decepciona, sino que mantiene el estándar de genialidad y humor al que ya nos tienen acostumbrados. Con nuevas situaciones hilarantes, viejos conocidos y cientos de finales para esta estrambótica ruta, no nos queda más que recomendarlos si queréis un soplo de aire fresco de dating sim en vuestras bibliotecas. Una receta del éxito para tener unas tardes desternillantes junto con estos monstruos y/o los monstruos de nuestros colegas.

Clave proporcionada por Beautiful Glitch.

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kelerele
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"No estoy muerta, estoy en alguna mazmorra de parranda. O escribiendo, que quién sabe con estos tiempos". Me puedes encontrar como @anus_kele en Twitter.

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