Me han comido la cara lo que no está escrito
Análisis de Aliens: Dark Descent

11/07/2023 | Aonia Midnight | No hay comentarios
Soy una fiel defensora de que no todos los juegos son para todo el mundo. Ojo, no en cuestiones de accesibilidad o modos de dificultad, sino en lo que se refiere a géneros. Por ejemplo, no todo el mundo tolera (bien) el terror, pero un título de este género sin aquellos elementos que lo hacen bueno no tendría sentido. Ni creo que fuera disfrutable. Una vez que asumimos que esto es así y que no pasa nada, somos capaces de diferenciar entre aquellos juegos que no nos han gustado y aquellos que no son de nuestro estilo. Y es lo que me ha pasado con Aliens: Dark Descent.
Cuando este título apareció en mi radar, captó toda mi atención. Un juego de acción para una persona basado en la franquicia Alien tenía todas las papeletas para gustarme. Hasta que me di cuenta de que era táctico. En el preciso instante en que vi la vista cenital y el movimiento de sus personajes sentí cómo se esfumaba todo mi interés. Sin embargo, por cosas del destino, se presentó la oportunidad en la redacción de analizar este título y no tuve más remedio que acogerlo. ¿Qué queréis que os diga? No me arrepiento de nada.
Aliens: Dark Descent es pura estrategia, sí, pero también ofrece libertad de exploración y momentos de tensión suficientes como para atrapar a quien juega. Eso sí, debemos tener en cuenta que se trata de un juego complejo y que requiere de toda nuestra atención para no perder la vida. De hecho, cuenta con niveles de dificultad e incluso la posibilidad de personalizar uno a nuestro gusto ajustando diferentes parámetros. Por ejemplo, podemos decidir cuántos puntos de vida tendrá el enemigo o el tiempo que tardará en detectarnos, entre otras cosas.
En cualquier caso, nuestros primeros pasos servirán a modo de tutorial y cada nueva información que recibamos se guardará en un códice. Además, el juego es consciente de su dificultad, por lo que nos instará a consultar este apartado y a que nos familiaricemos con su contenido. Sin embargo, que esto no os asuste. Puedo aseguraros con total garantía que se trata de una experiencia asumible. Palabra de persona a la que no le atrae lo táctico. Se trata de un título que nos da la mano, sin regalarnos la partida.
Además, Aliens: Dark Descent cuenta con una función de autoguardado que nos dará mayor o menor holgura según la dificultad escogida. Esto nos permitirá —o nos obligará a— que replanteemos nuestra estrategia tanto si el escuadrón cae como si no nos satisface del todo el resultado obtenido. Y es que a menudo puede que nos salvemos, pero todo apunte a que no aguantaremos mucho más, y prefiramos repetir el último encuentro.
Sin embargo, también es importante saber cuándo ha llegado la hora de retirarse y continuar otro día. Para ello, acudiremos al punto de extracción más cercano y solicitaremos que el ARC nos devuelva a la USS Otago, nuestra base. De igual modo, el ARC puede ser una herramienta la mar de útil en nuestra estrategia, gracias al armamento del vehículo. También nos ayudará a viajar más ágilmente entre algunos puntos, aunque no nos permitirá conducir durante el trayecto.
En la USS Otago nos moveremos a base de menús. Es decir, no recorreremos libremente el lugar accediendo a diferentes áreas, sino que escogeremos a dónde ir y apareceremos allí junto a Maeko Hayes, administradora adjunta y una de las protagonistas del título. Así, en Barracas encontraremos información sobre los y las marines para nuestros escuadrones, como su nivel o sus rasgos de personalidad. También será aquí donde les apliquemos mejoras o cambiemos su nombre o su aspecto si nos apetece.
Por su parte, en el Taller desbloquearemos armamento para nuestros escuadrones, en las Salas médicas comprobaremos el estado de salud de los miembros del equipo al volver de una expedición, y en el Laboratorio utilizaremos xenomuestras y xenotecnología para llevar a cabo investigaciones. Y desde la Cubierta de mando veremos tanto en qué estado se encuentran los y las marines como el progreso de la campaña. También será donde iniciaremos los despliegues o decidiremos avanzar los días, tras las gestiones pertinentes en el resto de departamentos.
Al dar por terminado el día e iniciar el siguiente, se desarrollará un evento a bordo de la Otago y deberemos escoger entre diversas opciones de resolución. También aumentará el nivel de infestación de la luna Lethe, allí donde realizaremos nuestras expediciones. Esto significa que a cada nuevo nivel, tendremos más probabilidades de encontrarnos con más xenomorfos en las ubicaciones que visitemos.
Una vez escogido el lugar de Lethe al que nos llevará el ARC, decidiremos qué marines formarán el escuadrón, su equipamiento y dónde desembarcaremos. Cada ubicación cuenta con un número determinado de objetivos que deberemos cumplir, y cuadernos que podremos buscar, para avanzar en la expedición. Por suerte, no tendremos que completarlo de golpe, sino que nuestro progreso irá aumentando conforme cumplamos objetivos en cada expedición. De ahí lo que comentaba antes de saber cuándo retirarse al ARC y volver a la Otago.
Ya en tierra firme, manejaremos a nuestro escuadrón como una sola unidad. Y será el Sistema de Comportamiento de Escuadrón quien mueva al miembro más capacitado cuando sean acciones individuales. Así, exploraremos Lethe a nuestro ritmo, siempre pendientes del rastreador de movimiento —en el mapa o en el minimapa— y lo que tenemos ante nuestros ojos. Si nos detectan, entraremos en combate automáticamente. Y será aquí donde nos toque devanarnos los sesos para salir con vida.
Prepararnos tan bien como esté en nuestras manos será clave para superar al enemigo con el menor daño o bajas posible. Para ello, el escuadrón contará con una serie de habilidades y herramientas para hacer frente a la amenaza, pudiendo colocar por ejemplo torretas o minas o sellar puertas para formar refugios. Además, habrá que tener en cuenta no sólo la salud del enemigo, sino también estados como el estrés o las pérdidas de conocimiento. Y si necesitamos que el combate frene un segundo para poder pensar bien nuestros movimientos, podremos escoger entre activar la cámara lenta o pausar el juego desde el menú de ajustes.
En este apartado también encontraremos opciones para silenciar las respuestas del escuadrón a nuestras órdenes o escoger diferentes modos de visión cromática, entre otras cosas. Además, podremos habilitar (o no) los subtítulos y modificar su tamaño, función especialmente útil si jugamos en Steam Deck. Aliens: Dark Descent se encuentra en múltiples idiomas, entre ellos el nuestro, y el equipo de traducción y localización se encuentra acreditado en el apartado correspondiente. Sin embargo, escucharemos las voces en inglés, lo que puede hacer que perdamos cierta información en momentos un tanto frenéticos.
En cuanto al apartado audiovisual, consigue atrapar a quien juega y es más que probable que el tiempo pase casi sin darnos cuenta. Gráficamente está muy cuidado y, aunque la cámara isométrica hace que todo se vea más pequeño, se ha cuidado el detalle al máximo. De hecho, esto hace de la linterna una herramienta especialmente útil, ya que no sólo alumbrará nuestro camino, sino que resaltará aquello con lo que podemos interactuar. Por su parte, el sonido hará que la tensión invada cada paso que damos, especialmente si utilizamos auriculares durante nuestra partida. Cabe decir también que se puede manejar tanto con ratón y teclado como con mando, pero a mí me resultó infinitamente más cómoda la primera opción.
Si algo puede pasar desapercibido es su historia, aunque quienes amen la saga Alien encontrarán justo lo que se espera de un juego inspirado en la franquicia. Una serie de contenedores cuya seguridad se ha visto comprometida causan la liberación de xenomorfos en el Planeta Lethe. Nuestro objetivo será reparar la USS Otago, ahora estrellada en Lethe. Y, de paso, enviar y liderar diversos escuadrones de marines para obtener más información sobre lo ocurrido.
Además, si bien la historia se cuenta a través de Maeko Hayes y Jonas Harper, en cada despliegue encontraremos cuadernos que revelarán más información sobre el trasfondo. Y como no podía ser de otro modo, viviremos momentos y enfrentamientos que pondrán a prueba nuestros nervios. Un pequeño fallo puede echarlo todo a perder o, como poco, forzarnos a volver a la Otago antes de lo previsto.
Aliens: Dark Descent es un juego difícil, pero asequible. Observar el entorno, tener paciencia y escoger bien nuestros movimientos será definitivo a la hora de superar las misiones. Así como aprender de nuestros errores como los xenomorfos aprenden de nuestra forma de movernos por el entorno. Quizás no sea la mejor opción a la hora de asomarse a los juegos tácticos, pero hay que concederle que conseguí avanzar sin tener mucha idea de cómo desenvolverme en el género. Sin lugar a dudas, se trata de un juego ideal para amantes de la franquicia con inclinación por la estrategia. Aunque yo hubiera sido más feliz coordinándome con otras tres personas para enfrentar la situación, todo sea dicho.
Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie
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