La ciudad y la ciudad. Nueva York y Kamurocho

La ciudad y la ciudad. Nueva York y Kamurocho

En la novela La ciudad y la ciudad de China Mèlville, el autor plantea una urbe que está dividía en dos. No al estilo de Berlín durante la Guerra Fría, con un muro como una frontera física, sino que es algo más intangible, ya que hay calles y zonas que son Besźel y Ul Qoma al mismo tiempo. Durante la novela se nos describe cómo un edificio tiene elementos de Besźel y de Ul Qoma o aceras con edificios en ambos lugares, por ejemplo. Las características arquitectónicas permiten saber cuál es cuál en todo momento. Pero la división no sólo afecta a los edificios, sino también a sus habitantes. Ambos lugares tienen idiomas diferentes, usan colores y formas de vestir propias, modelos de coche distintos, etc. A lo largo de la historia se nos plantean las diferentes formas que tienen los habitantes de cada región de saber en dónde y de dónde es cada elemento que ven.

De esta forma, ambas ciudades son tanto el escenario como, en cierta forma, un personaje más. La manera en la que se nos muestran nos permite reconocerlas no sólo por sus elementos físicos, sino también por sus habitantes. Porque una ciudad no es sólo un espacio físico que alberga personas, sino que estas definen también el lugar (y a la inversa).

Con esto en mente, podemos ver que Insomniac se ha dado cuenta de que no vale con recrear de forma fotográfica Nueva York, debe tener en cuenta a sus habitantes. Y ha aprovechado Marvel’s Spider-Man 2 para explorar esta idea. Lo más inmediato de ver es el cambio en las misiones de fotografía, que se centran en eventos y situaciones del día a día. Peleas de mascotas de tiendas rivales, un mercado de barrio, gente haciendo pícnic o yoga… estampas cotidianas que nos hacen entender mejor qué es la ciudad de Nueva York. También veremos pequeños detalles de fondo al recorrer la metrópolis, como gente dentro de los edificios, que ahora nos muestran una ciudad viva. No con un alto nivel detalle, donde cada persona es única y con una rutina, pues estamos ante una urbe con millones de habitantes y hay que conocer los límites técnicos.

Aun así, este nivel de detalle contrasta con la forma de transitar la ciudad. La mayor parte del tiempo la recorremos por el aire, ya sea con las Alarañas o con las clásicas telarañas, sin llegar nunca a bajar a nivel de suelo, donde poder curiosear a gusto. Hay pequeños tramos donde dejamos de lado un momento el traje, y muchas de las secundarias consisten en echar una mano a ciudadanos concretos y anónimos, pero no es más que un respiro de nuestra tarea superheroica. Porque somos Spider-Man, y como tal, protegemos y vigilamos toda Nueva York, lo que hace imposible pararnos persona a persona. Es posible que en próximas entregas y DLCs encontremos más nivel de detalle, pero el tamaño de la ciudad y del juego complican que todas las personas tengan una rutina definida más allá de unos parámetros básicos.

Dos hombres descamisados y máscaras de los dos Spider-men. Están en una azotea y les está grabando una persona con una cámara grande

Hay una explicación para esto

Así, mientras recorría Nueva York no dejaba de venirme a la mente otro juego (más bien saga) que también considera la ciudad algo más que un mero escenario por el que desplazarse o poner iconos. Aunque más que una ciudad, es un barrio. Por supuesto que estoy hablando de la saga Yakuza y, como no podía ser de otra forma, Kamurocho, que se «inspira» en el barrio del mundo real de Kabuchiko, ambos en Tokio.

Lo que más llama la atención de este mapa respecto a otros juegos de mundo abierto es que, por un lado, tendremos el mapa completo desde el inicio y, por otro, que siempre recorremos Kamurocho a pie. No podremos desplazarnos de otra forma que usando nuestras piernas, o coger un taxi para ir a la otra punta del mapa. Así, poco a poco conoceremos los distintos rincones del barrio, aprendiendo a recorrer desde las avenidas más anchas a las calles más estrechas. Pero este no es el único motivo por el cual Kamurocho se siente tan real. Igual que sucede con Marvel’s Spider-Man 2, o Besźel y Ul Qoma, lo que termina de definir y hacernos conocer el lugar son sus habitantes.

En Yakuza conoceremos a los dependientes de las tiendas por su nombre y apellido. Incluso, a medida que volvamos a comprar, trabaremos una especie de amistad con ellos. Aunque los transeúntes no tienen una rutina definida, sí podemos sentir que son personas que están de paso, o viven allí. Si las seguimos, podremos ver que se paran a mirar escaparates y demás cosas que hacemos cuando paseamos por nuestro barrio, u otro que visitemos. De la misma forma, habrá gente que nos pare por la calle para ofrecernos pañuelos, o agentes de policía que nos den el alto por tener pinta sospechosa (algo normal con el ceño fruncido que lleva siempre Kiryu).

De la misma forma, muchos de los combates aleatorios en el mapa ocurrirán al llamar la atención al correr delante de grupos de maleantes que pasean o que están haciendo corrillo en la puerta de alguna tienda. La frecuencia a la que pueden suceder estos enfrentamientos será lo que nos recuerde que estamos en un videojuego, pero por lo demás podríamos recorrer durante horas Kamurocho como si estuviéramos de paso: comprar en tiendas, visitar sitios de entretenimiento, comer en un restaurante o tomar algo en un bar.

Pero donde más conoceremos de Kamurocho será en las misiones secundarias, ya que las encontraremos a medida que recorramos el barrio. No habrá indicadores en el mapa, sólo si andamos por los distintos lugares nos saltará la cinemática que la inicie. Estas misiones se centran en las personas y su día a día (algunas con unos cuantos giros locos). Este es otro elemento que le da una dimensionalidad extra a Kamurocho, haciéndonos sentir que la gente sigue teniendo una vida sin que tenga que estar Kiryu presente, algo que no todos los juegos son capaces de trasladar.

Kiryu con camisa, pantalón de vestir rosa y un jersey atado sobre los hombros

Para esto también hay una explicación, pero no os la creeríais

Hace tiempo comenté que en Marvel’s Spider-Man podíamos recorrer de dos formas la ciudad de Nueva York, y que ambas eran incompatibles entre sí. Aunque con esta nueva entrega consigue hacer que la ciudad no sea sólo un lugar por el que pasamos, queda lejos de poder conseguir lo que hace Yakuza con Kamurocho. Aunque parezca una sentencia dura, en realidad, cada uno juega con los elementos que tiene. Yakuza puede operar en una escala pequeña, permitiéndonos recorrer cada rincón y hacernos aprender dónde está el mejor curry. Nueva York es inmensa y no podemos aspirar a eso, pero sí identificar las zonas más allá de sus elementos físicos, conocer Harlem y su museo de Cultura, no sólo como un barrio al norte, o el lugar donde vive Miles.

Al igual que en La ciudad y la ciudad, aunque Kamurocho y Nueva York son físicamente distintas, no es lo único que las define. Tanto la saga Yakuza como Marvel’s Spider-Man 2 tratan de que las conozcamos más allá de los elementos arquitectónicos. Quieren que las conozcamos como un espacio donde la gente vive, no sólo pasea. De distintas formas, siguiendo sus propias normas, pero ambas buscan integrar los escenarios con el juego y hacer que nos importen un poco más. De una manera u otra, ambos juegos quieren acercarnos a la ciudad, con sus calles y edificios, y a la ciudad, con la gente que la habita. No quieren que sean meros lugares donde buscar indicadores para completar el mapa. Quieren que las conozcamos en profundidad.

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Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

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