Preview de Vampire Therapist

Cuando pensamos en el mundo vampírico, no es raro que nos vengan a la cabeza varios ejemplos de estos seres que nos han llegado a través de múltiples obras. Desde el legendario Drácula de Bram Stoker al sinvergüenza de Astarion en Baldur’s Gate III. Sin olvidarnos, por supuesto, de los que brillan o los que conceden entrevistas. Y si os interesa la psique (in)humana, es más que probable que hayáis elucubrado sobre las inquietudes de estos seres más allá de la típica sed de sangre. O incluso que directamente hayáis pensado que tal o cual necesita terapia. Es aquí donde entra Vampire Therapist, porque ya iba siendo hora de que las criaturas de la noche comenzasen a amueblarse las cabecicas.

Pero que la temática del juego no os engañe. Lejos de tratarse de un título sombrío que nos vaya a robar tantos años de vida como centenarios acumulan sus personajes, Vampire Therapist es ligero y divertido. Tomaremos las riendas de Sam Walls, un vampiro del Salvaje Oeste que se ha dado cuenta de que hay no-muerte más allá de los asesinatos. Y decide ayudar a otras criaturas de la noche en su misma situación. Especialmente desde que encontró una serie de tendencias de pensamiento en el mundo vampírico.

Esto le lleva a contactar con Andromachos, un vampiro milenario que proporciona terapia y que estará encantado de ayudar a Sam. Así será como dará comienzo nuestra no-vida en Europa como terapeutas vampíricos. También será el contexto perfecto para aprender las mecánicas del juego, así como renombrar los conceptos que nuestro protagonista había identificado. De este modo, Sam le explicará a Andromachos qué le ha llevado a él y éste le proporcionará un espacio en el que empezar a trabajar.

Y dado que la demo que hemos podido probar no era muy extensa, nuestro paso por Vampire Therapist se reduce al tutorial y el primer caso con Sam al volante. Y Andromachos de copiloto, por supuesto. Aquí aprenderemos a identificar diversas disonancias cognitivas y a responder adecuadamente al encontrarlas durante nuestra primera consulta. Y si bien tenemos diversas opciones para explorar durante los diálogos, en el proceso terapéutico habrá respuestas correctas e incorrectas. Algo que sabremos al instante, ya que un acierto nos mostrará una mancha de sangre, mientras que un error hará temblar la pantalla. Y aparecerá Andromachos para corregirnos e invitarnos a volver a intentarlo.

En caso de que no sepamos, o recordemos, en qué consisten las diferentes disonancias cognitivas con las que trabajamos, disponemos de un diario que podremos consultar en cualquier momento. Así, veremos una pequeña descripción de éstas y algunos ejemplos que nos ayudarán a identificarlas mejor. También podremos consultar notas sobre las personas que vienen a consulta.

Y aquí viene la guinda, porque lejos de inventarse cuestiones de salud mental y/o aplicarlas sin entenderlas, dejándose llevar por el atractivo y la imaginación, han consultado a profesionales. Y se nota. Mucho. Lo cual tiene mérito, sobre todo teniendo en cuenta que han sabido plasmar el encuentro terapéutico, manteniendo el equilibrio entre fidelidad y entretenimiento. Es decir, asistiremos a una consulta psicológica sin perder el tono ligero y el humor. Y sin que esto suponga una parodia de la terapia o las personas que asisten.

El punto fuerte de Vampire Therapist es, sin ningún lugar a dudas, este enfoque de la salud mental y la naturalidad y necesidad de terapia a través de los ojos de Sam Walls. Y la forma en que aprenderemos los conceptos y cómo identificarlos, en un tono ligero y que irremediablemente nos sacará alguna que otra sonrisa. No sólo por las disonancias cognitivas que veremos a lo largo de nuestra partida, sino por las que identificaremos en nuestra propia psique si nos paramos a pensar.

Sin embargo, es una lástima que el juego se encuentre disponible exclusivamente en inglés, porque si nos vemos en la necesidad de consultar algún término, perderemos parte de la inmersión. No es algo que ocurra a menudo, ya que todo se entiende por contexto a pesar de utilizar palabras o expresiones que quizás no sepamos. Pero no deja de ser algo a tener en cuenta. Sobre todo estando ante una visual novel, donde gran parte del atractivo recae en su capacidad para atraparnos. Y no es algo que ocurra fácilmente si la lectura no nos resulta fluida. Por su parte, podremos modular la velocidad a la que leeremos, lo que nos permitirá remediar esta falta de fluidez en caso de ser necesario.

En cualquier caso, otro punto fuerte de Vampire Therapist es precisamente su apartado artístico. Con personajes estáticos que modificarán sus expresiones faciales y corporales en determinados momentos para manifestar sus emociones. Aunque el peso de esto recae sobre todo en la interpretación del elenco de voces, que consigue atraparnos desde el primer momento. También influirá el apartado sonoro, con melodías y efectos bien escogidos para que no todo sea lectura y elecciones, ofreciendo un entorno que invita a mantenerse frente a la pantalla.

Cabe decir también que nuestro paso por la demo deja entrever que encontraremos algún que otro minijuego, pero aún es pronto para saber cuáles o cuántos. De igual modo que no sabemos cuántas criaturas de la noche pasarán por nuestra consulta o si habrá más que palabras con alguna. Tampoco el desenlace de los casos o hasta qué punto llegará la terapia. Sin embargo, lo que hemos podido probar ha sido más que suficiente para incrementar nuestras ganas de hincarle el diente a la versión completa de Vampire Therapist. Mientras, me interesa encontrar la consulta de Andromachos. Por razones laborales, por supuesto.