¡Festival de máscaras!

05/03/2019 | Nix | 1 comentario
En el mundo de los videojuegos hay un tema que suele ser muy recurrente: los disfraces. Podemos encontrarlos en forma de skin, sobre todo en los juegos multijugador, con sus variaciones de colores y de trajes personalizados para cada personaje. También nos los encontramos en forma de pseudo-cosplay, cuando nos dan la opción de vestirnos como algún otro personaje sin que influya para nada en la trama, simplemente vas por ahí, feliz, con tu gorro de Luigi. O podemos encontrarnos con disfraces que, de una forma u otra, son necesarios para el desarrollo de la trama, teniendo que disfrazarte para ocultarte de quienes te persiguen, para infiltrarte en una zona complicada, o simplemente porque “a dónde vas así vestido, con esos calcetines blancos”. Y para eso nos hemos juntado hoy varias redactoras, para hablar de esas misiones que nos gustaron porque, precisamente, teníamos que disfrazarnos.
Anuhiu
Final Fantasy X-2 empieza con una Yuna impostora dando un concierto y Rikku y Paine intentando recuperar el traje que dicha impostora lleva puesto (que ojo, las vestisferas no son disfraces, por eso no las considero relevantes en este artículo). Pero la Yuna original no aparece hasta el final de dicha misión y ¿dónde estaba Yuna exactamente?
Si quieres averiguar qué hacía Yuna mientras sus amigas recuperaban su vestisfera, el juego te introduce una misión secundaria a modo de flashback en la que controlas a Yuna disfrazada de Moguri para ocultar su identidad, que obviamente no puede ser vista o la gente sospecharía, así que te dedicas a repartir globos para el concierto que la Yuna impostora va a realizar en Luca ese mismo día mientras tus otras dos compañeras intentarán recuperar tu vestisfera.
Como curiosidad, ese mismo disfraz de Moguri se introduce para Yuna como una de las vestisferas de Peluche.
Aonia Midnight
Assassin’s Creed: Liberation centra parte de su dinámica en el cambio de vestuario de la protagonista, Aveline de Grandpré.
Aveline es una mujer afrodescendiente, criada como una dama —debido a la posición social que le brinda su familia—, poderosa defensora de los esclavos oprimidos y perteneciente a la hermandad de los asesinos desde niña. Estas diversas facetas del personaje harán que adoptemos diferentes aspectos, dependiendo de cuál sea nuestro objetivo en cada momento.
Asimismo, cada aspecto o identidad viene con una serie de ventajas e inconvenientes:
Identidad de dama. Seremos débiles en combate y nuestro acceso a las armas será bastante limitado, apenas pudiendo utilizar la hoja oculta y una sombrilla que lanza dardos; además, no podremos escalar o saltar. Para evitar entrar en confrontaciones que difícilmente podremos superar con estas características, Aveline podrá seducir o sobornar a algunos personajes.
Identidad de esclava. Como con la identidad de dama, seremos débiles en combate y nuestro arsenal de armas será bastante limitado, pero al menos podremos infiltrarnos con las multitudes e incluso como trabajadoras de algunos lugares. También podremos saltar, trepar y correr, por lo que intentar pasar inadvertida a menudo es mejor elección que buscar un enfrentamiento abierto.
Identidad de asesina. El hándicap de esta identidad será nuestra notoriedad, ya que siempre estarán buscándonos, pero al menos podremos luchar con diferentes armas, trepar, saltar, correr e incluso llevar a cabo una cadena de asesinatos. Es la mejor opción cuando toca combatir.
Azka
Las misiones con disfraces siempre me han parecido refrescantes. Una pausa entre tanto mata-mata. Principalmente las he disfrutado en MMORPGs como el World of Warcraft, donde creo que han adquirido un significado nuevo para mí. Porque es bastante común necesitar disfrazarte para infiltrarte en algún sitio y así realizar una misión superpeligrosa en territorio enemigo, pero si para disfrazarte necesitas un item que se consigue a través de tus habilidades de artesanía y resulta que la gente es muy vaga y te dedicas a vender ese item tan necesario y te forras… Bueno no tanto, pero teniendo en cuenta que era misión de nivel bajo pues oye, estaba yo la mar de feliz vendiendo mis mierdas. ¡Compren mis mierdas!
Espera, ¿esto no iba de disfrazarse? Bueno sí, a veces los caminos del disfraz son misteriosos y… ya voy. He disfrutado de misiones en las que tenía que disfrazarme de arbusto, hacerme pasar por refugiada, o incluso morirme un poco, pero aunque eran divertidas o tenían una trama muy interesante, las que más me han llegado y llenado han sido las de transformarme en animal (podría considerarse una forma de disfraz mágico, ¿no?). Por ejemplo, en Guild Wars 2 te conviertes en zorro y tu aspecto y tus habilidades cambian y, lo que más me gusta, tu perspectiva también. Pasas de ser un intento de héroe a ser un pequeño animalito con preocupaciones más sencillas y actuales: defender a los tuyos. Es solo algo temporal, en realidad sigues siendo tú, pero por alguna razón se te esfuman por un rato los aires de grandeza y es muy agradable.
Darkor
Final Fantasy IX no puede empezar de una forma más tópica: somos un ladrón al que le han pedido que secuestre a una princesa. Luego la cosa se complicará un poquito, pero nuestra misión será esa: secuestrar a la princesa Garnet Von Alexandros XVII. Para ello, aprovecharemos la celebración de su decimosexto cumpleaños, y mientras parte de la banda Tantalus representa Quiero ser tu canario, Yitán y Blank se infiltrarán en el castillo, suplantando a dos soldados del Batallón Pluto. Si bien durante el juego original colaba, en el remake Steiner podía haber sido más observador para darse cuenta de que uno de sus soldados de repente tenía piel más oscura cosida por la cara. En cuanto a cómo termina el secuestro… bueno, deberéis jugar para averiguarlo, pero sigue siendo una de mis cosas favoritas. Y no hay mejor forma de empezar un juego que ir con una banda de ladrones en un barco-teatro (volador) a secuestrar a una princesa.
También tengo que mencionar el evento temporal que sacaron de Final Fantasy XV y Assassin’s Creed, del que ya os hablé en su momento, y que me arranca una sonrisa cada vez que recuerdo a Prompto emocionado por ir. Y claro, para que no encuentren a Noctis (fugitivo), se deben vestir de asesinos de Assassin’s Creed. Al menos los niños, los papás son algo más sosos y se quedan como estaban. Aquí tendremos una locura tras otra que, para colmo, está justificada por la trama.
Dunkel
¿Conocéis el efecto Hannah Montana? Sí, ya sabéis, eso de ponerse una peluca y que automáticamente nadie te reconozca… Pues algo así se puede decir que sucede durante una misión en The Witcher 3: “Cuestión de vida o muerte”. En este punto de la historia, Novigrado, una de las ciudades principales del universo The Witcher, se encuentra en el punto más álgido en cuanto a las persecuciones y ejecuciones de magos se refiere. Triss Merigold, una de las hechiceras de la Logia, es uno de los personajes más buscados en la ciudad, de hecho encontramos varios carteles de “se busca” con su cara impresa repartidos por todo el escenario.
En esta misión tenemos la oportunidad de ayudar a los magos a huir de Novigrado gracias a una generosa suma de dinero que Ingrid Vegelbud donará si conseguimos sacar a su hijo, alquimista y en el punto de mira de los cazadores de magos, sano y salvo de la ciudad. Para ello, Geralt y Triss asistirán a un concurrido baile de disfraces organizado por Ingrid Vegelbud para sacar discretamente a su hijo de Novigrado.
Y aquí viene el efecto Hannah Montana, ya que NADIE, absolutamente nadie es capaz de reconocer ni a Triss, ni al famoso “Carnicero de Blaviken”, pese a ser el único albino con ojos de gato en la fiesta. ¿Qué disfraz tan logrado podría hacer que pasasen inadvertidos? Pues simplemente una máscara de estilo veneciano para cada uno ¡y voilà! Ambos irreconocibles entre la multitud.
Laura Tejada
Videojuegos con una misión donde el protagonista necesitaba un disfraz para llevarla a cabo habré jugado unos cuentos, pero el que mejor recuerdo y al que más cariño le tengo es Monkey Island 2 (Lucas Arts, 1991). Resulta que Guybrush tiene que acceder a la mansión de Elaine Marley, la gobernadora de la Isla Booty, pero ella está dando una fiesta de disfraces y, sin invitación ni disfraz, entrar es imposible. Recuerdo que la primera vez que vamos a la tienda de disfraces nos dicen que todos están alquilados, así que tenemos que rompernos la cabeza con unos cuantos puzles antes de poder conseguir la ansiada invitación, a la que va asociada uno de los disfraces reservados.
Este momento es muy “Monkey Island”, porque lo que tú esperas es recibir un disfraz esperpéntico y llamativo, pero el que te acaban dando es el más simplón de toda la tienda. Y ahí está Guybrush, paseándose por toda la isla con un vestido violeta de hombros descubiertos y espalda en “v”, sintiéndose hermoso porque así de mamarracho es nuestro querido pirata.
Nix
Una de las misiones de disfraces que más gracia me hizo es, sin ninguna duda, la misión de Memorias Robadas del DLC de Kasumi en Mass Effect 2.
En esta misión te plantean que tienes que ir al planeta Bekenstein a colarte en una fiesta de Gente Rica™ y criminales para recuperar una memoria robada por Donovan Hock. Hasta ahí bien, tienes una misión estilo Ocean’s (que termina estilo Shepard) en la que te vas paseando entre los ricos, comentando por el pinganillo lo que te vas encontrando y todas las chorradas que se te van ocurriendo, porque ante todo una es mamarracha, y cumpliendo con la misión tal y como tenías previsto. Más o menos.
Lo que me resulta más gracioso de esta misión es precisamente el disfraz de Shepard: un vestido negro. Sin más. Pretende colarse en la fiesta de un montón de gente famosa, siendo universalmente conocida, después de ser la primera Espectro humana y después de haber salido su cara en todas las televisiones de la galaxia, y sin ponerse siquiera una triste peluca. Lógicamente, Hock no es tan tonto y se acaba enterando de la movida mientras Shepard se queda con cara de Pikachu asombrado y diciendo “Me ha descubierto, ¿cómo ha podido pasar? Si era un plan sin fisuras”.
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
Escritora y creadora compulsiva de mundos imposibles. Vivo en un faro entre dos ciudades: una flota en las nubes, la otra está sumergida en el mar. Ad astra per aspera.
Acaricio gatitos durante el día. Horror addict. Diseño y desarrollo de videojuegos.
Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.
Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.
Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie
Diseñadora de lo cutre y cosplayer de desgraciaos. Soy la única persona en este mundo que todavía sigue obsesionada con el Final Fantasy X.
Me encanta el articulo, de los que comentáis mi favorito es el FFIX, porque es FFIX y lo que me divertí en su momento no está escrito xD. En el de The witcher ademas la mascara que se poner tiene forma de lobo, sutil Geralt…
Voy a poner mi garnito de arena:
Mi misión de disfraz favorita es la de Final Fantasy VII, cuando Cloud tiene que disfrazarse de mujer para infiltrarse en la casa de Don Cornero. Lo que me gusta de la misión es que dependiendo de lo completo que sea el disfraz la chica que elige Don Cornero (entre Tifa, Aerith y Colud) cambiará.