Análisis de EVERING

Como todo el mundo a estas alturas ya debería saber, me flipan los RPG clásicos. Les tengo mucho apego emocional porque fue el primer género de videojuegos al que jugué. Y, siendo honesta, me turboflipan los combates por turnos de una forma que muy pocos gameplays me han turboflipado. Así que aquí me hallo, tras haber pasado 20 horas con EVERING, un juego desarrollado en Galicia y que nos lleva a un mundo entre medieval e industrial y que me ha hecho pasármelo como una enana de una forma que hacía mucho que no disfrutaba.

Empezamos con un cuento (sí, un cuento literal) que un tierno abuelo le cuenta a su nieto Eldar. Este cuento es un clásico entre los clásicos: el héroe se enzarza en un combate con el villano. Tras múltiples peleas el héroe acaba con el villano. Este, mientras exhala su último suspiro, jura vengarse de dicho héroe y volver en 300 años.

Nuestro personaje principal, Eldar, se tomará muy a pecho este cuento, ya que antes de que su abuelo se lo contase antes de dormir se lo contaban sus padres (¡sí, padres muertos, quitadlo del bingo!). Eldar, además, es el príncipe de un país llamado Onnya (realeza, check). En el palacio, se pasa toda su vida estudiando y recabando información sobre este cuento/leyenda. Un día, recibe una carta en la que se le indica que debe salir de palacio hasta uno de los pueblos de su territorio para recibir una pista que le ayudará a seguir investigando. Así, junto con su aya Lua, Eldar sale de palacio a escondidas para tirarse de lleno al mundo exterior. Así, el príncipe irá descubriendo todo lo que siempre quiso saber: si la leyenda es cierta y cómo detener al villano a su regreso.

Siguiendo la línea de un RPG de los de siempre, EVERING nos da todos los ingredientes míticos para una historia épica: tenemos al príncipe, a la maga, a un guerrero, a un alquimista y a una mímica. La introducción de cada personaje es bastante buena. Cada uno tiene momentos graciosos que hacen que se distancien de ser un arquetipo, adquiriendo una personalidad propia. Cada personaje, aunque no está del todo equilibrado, se presenta con un pasado que conoceremos poco a poco. Además, cada protagonista tiene ciertas habilidades que lo hacen valioso en combate, aunque eso sí, nunca tendremos que cambiar de equipo ni armar nuestro grupo, ya que cada uno de ellos está coordinado para que no se dé ese caso.

En el mundo de EVERING, tenemos cuatro razas distintas de seres que cohabitan de una manera u otra según el lugar donde nos encontremos. Esto es importante a tener en cuenta, ya que en la trama de la narración será algo importante y que iremos viendo poco a poco. Además, visitaremos lugares completamente diferentes, y que no encontré para nada repetitivos. Tenemos lugares con sol y playa, zonas industrializadas, una montaña donde no deja de llover… Tantísima variedad de escenarios era algo que no me esperaba para nada de un juego pequeñito que solamente han desarrollado dos personas, y es algo que valoro muy positivamente.

Aquí, mirando el parte del tiempo

En cuanto al combate, pues qué decir que ya no sepáis de un combate por turnos. Cada miembro del grupo tiene una barrera de tiempo que se rellena y una vez que está al tope podremos utilizar a ese personaje para que haga una acción. Con cada uno podremos hacer más o menos lo mismo: un ataque normal, un ataque especial, defendernos, utilizar un objeto o huir. Algo que podría destacar de esta última acción es que básicamente podemos huir en cualquier momento, y es algo que me sorprendió muchísimo. Normalmente, los RPG clásicos a los que he jugado desactivan la oportunidad de escapar en algunas batallas (como los jefes finales, encuentros que están dentro de la historia, etc.). En cambio, en EVERING hasta he podido evadir algunos jefecillos que me molestaban demasiado y no tenía paciencia para grindear niveles. Esto es algo que me ha desconcertado un poco ya que creo que nunca lo he experimentado en un juego del género, así que no podría valorarlo como algo positivo o negativo, pero sí que puedo calificar como único.

Algo que sí me pareció que jugaba a favor de EVERING es que podemos ver a los enemigos cuando estamos en zona de combate. Muchas veces los enfrentamientos aleatorios son el peor aspecto de este tipo de videojuegos, ya que a menudo aparecen en exceso y acaban siendo molestos. En este caso, aunque algunos nos persigan, podremos esquivar a los enemigos con facilidad si no queremos enzarzarnos en combate.

Además, algunos de los enemigos a los que nos enfrentemos tendrán lo que se llama el Sello de la Custodia. Este estado hace que las criaturas que lo tengan sean inmortales. Esto enlaza perfectamente con la historia, lo cual añade un extra para bien.

Cada personaje tiene unas habilidades únicas que aportarán de distinta manera al combate también, y que se adquieren de maneras distintas. Por un lado, algunas las iremos consiguiendo a lo largo de la aventura, explorando lugares ocultos. Por otro lado, algunas podremos comprarlas en las tiendas de los diversos lugares que visitaremos, o que nos darán por completar una misión. Con la excepción de un personaje, que consigue sus habilidades especiales copiándolas a los enemigos.

¿Estamos segurisísisisimos de que no nos podemos llevar al pato?

En cuanto a misiones secundarias, tendremos un librito que nos darán al principio. En él, veremos las misiones activadas, completas y olvidadas. Cada vez que visitemos una ciudad o pueblo, tendremos un tablón de anuncios (normalmente cerca de las posadas, o dentro), describiendo a la persona que necesita ayuda y lo que necesita. Para activar la misión, solo basta con ir a hablar con ella. He de decir que la mayoría de las misiones que he hecho han sido fáciles, rápidas y con buenas recompensas. No hace falta desviarnos del área en la que estemos en ese momento y normalmente las pistas para completarlas son bastante claras.

Para ser sincera con este apartado, he de decir que esperaba que hubiera más misiones secundarias, o que el juego fuera más concreto a la hora de decirnos hasta cuándo podremos completarlas. Nos encontramos con personajes secundarios que suelen hacer más de una aparición a lo largo de la aventura. Esto es algo creo que se podría haber explotado un poco más. Además, aunque sí dejaba caer un poco el lore del mundo leyendo libros y hablando con personajes, las misiones extra apenas se adentran más en eso, y creo que es una oportunidad algo perdida ya que aportarían más inmersión.

Además, algo que me pasó entre el lanzamiento y la primera actualización es que el juego se me quedaba parado o se me buggeaban ciertos elementos de forma que no podía interactuar con ellos hasta el punto de que no pude continuar mi primera partida y tuve que volver a empezar un archivo nuevo. Por suerte, esto no me volvió a suceder tras el primer parche, así que no es algo que pueda tener muy en cuenta ya que ni me pasó muy al final del juego ni volvió a repetirse. 

Por lo demás, la música recuerda mucho a los 16 bits y sus sonidos electrónicos, con los que me siento muy a gusto. La música del combate también sigue los tropos de: un tipo de melodía para enfrentamientos normales, otro para ciudades/pueblos y algunos especiales para jefes y desarrollo de la historia. Es una fórmula muy original y que pocas veces queda mal.

En cuanto al idioma, EVERING está disponible en español e inglés (¡y  muy pronto en gallego, esperamos!), y los personajes no tienen voces, ya que los diálogos son a través de texto.

Si ahora la vida no os da para un RPG de más de 100 horas, y el género os gusta, os recomiendo que le dediquéis un tiempo a EVERING. Su duración está entre 20-25 horas, tiene chistes realmente buenos y la historia es bastante interesante, con giros de guión, religión y ciclos temporales incluidos. ¿Qué más necesitamos para echar un buen fin de semana?