Análisis de Horizon Forbidden West: Burning Shores

08/05/2023 | Darkor_LF | No hay comentarios
Se comenta mucho que Horizon es una saga desafortunada. Si la primera entrega salió una semana antes que The Legend of Zelda: Breath of the Wild y la segunda entrega la semana antes del lanzamiento de Elden Ring, podríamos pensar que el lanzamiento del DLC para Horizon Forbidden West: Burning Shores podría haber tenido mejor suerte, pero no ha sido así. En este caso, Burning Shores sale apenas un mes antes que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Con esta competición, estoy un poco expectante de qué juego saldrá a la vez de la tercera parte de la saga, más que clara tras el final del juego principal y que este DLC termina de encaminar.
Y es que, para iniciar nuestra aventura en las Costas Ardientes será necesario haber completado la misión principal del juego, tanto si estamos en una partida normal como en una Nueva Partida+. Una vez instalado y actualizado todo, se nos llamará para indicarnos que ha habido movimientos sospechosos en el territorio conocido por los Antiguos como Los Ángeles. Lo primero que veremos al llegar será la panorámica del nuevo terreno inexplorado, y si en el anterior DLC, The Frozen Wilds, explorábamos dominio Banuk en montañas heladas, aquí tendremos un clima más cálido. Y no sólo por la latitud, sino porque Los Ángeles está en una región de gran actividad sísmica y no es de extrañar que el devenir de las placas tectónicas haya desembocado en grandes cantidades de lava que adornarán el paisaje y el camino.
Sobre la historia, no se puede contar mucho sin arruinar cualquier sorpresa a quien esté jugando, pero se nos dará respuesta a algunas preguntas planteadas durante el juego original. No avanzaremos respecto a la trama principal sino que profundizaremos en una de las tribus presentadas durante Horizon Forbidden West. Sin entrar en detalles, veremos que algunas formas de gobierno se perpetúan con el paso del tiempo, repitiéndose dinámicas fascistas basadas en la persecución y el miedo. También nos permitirá ver a Aloy desenvolviéndose más independiente que nunca.
Como pasó con Zero Dawn y The Frozen Wilds, Burning Shores se apoya en los acontecimientos pasados pero no es necesario recordar todo detalle para seguir la trama en las Costas Ardientes. Seguiremos las misiones típicas con las acciones que ya conocemos: ir a un sitio, explorar, vencer a máquinas, resolver un puzle, ir a otro sitio, matar humanos y para casa. A nivel de guión tenemos la misma línea que en Forbidden West, apoyándose más en los personajes para contarnos la historia antes que en la mecánica. Muchas veces tendremos la sensación de que los puzles son un trámite para conocer más detalles del mundo. Eso sí, en esta ocasiones deberemos explorar mucho más el entorno para resolverlos, alejándonos más de lo que podríamos esperar para algunos, sobre todo los coleccionables.

Me pasaba horas viendo la lava
Lo que más pesa al DLC es el paso del tiempo. Si terminamos Horizon Forbidden West nada más salir, volver un año después puede resultar duro ya que tendremos todo nuestro equipo a nuestra disposición, lo que puede implicar mucha variedad de opciones. Además se añaden varios elementos nuevos, tanto de armas como de habilidades, que aumentan más la complejidad del juego. Demasiado, al menos en lo relativo a la rueda por la que navegamos con la cruceta, que se vuelve interminable de recorrer en varios momentos. Por suerte, contamos con los tutoriales que podremos consultar para refrescarnos la memoria de para qué servía cada arma y los puntos débiles de cada máquina. Aun así no recomiendo enfrentarse a un Espina Mortal nada más llegar a las costas.
Burning Shores nos ofrece tanto máquinas conocidas como nuevas, y aunque los enfrentamientos no serán tan constantes como en el juego principal, podemos llegar a pasarlo mal con algunas de las nuevas incorporaciones. Una vez más el diseño es complejo, así como la forma de vencerlas y abordarlas, que nos dará para un buen rato de peleas. Y siempre podremos bajar la dificultad si se nos atraganta algo. También contaremos con las mismas opciones de accesibilidad y modificación de la información de pantalla que en el juego base. No contaremos tampoco con créditos del equipo de traducción, por desgracia.
Donde destaca enormemente Burning Shores una vez más es en el apartado gráfico. Si os soy sincera, creo que he pasado más tiempo viendo el movimiento y la forma de solidificarse de la lava que buscando los coleccionables. Además el juego busca que interactuemos con el entorno, y la presencia de géiseres nos permitirá desplazarnos a nuevas alturas con el planeador. Esto nos dará acceso, junto con las nuevas habilidades, a nuevas formas de enfrentarnos a las máquinas. Además de todo esto, la iluminación y el movimiento son magníficos, sobre todo de la lava. De esta última, lo único que se echa en falta es poder interaccionar con ella, no verla solamente, sino que se integrara más con los combates y la trama, ya que queda deslucida.
Donde no queda deslucido el juego es en las misiones secundarias y coleccionables. Algunas sacan partido a elementos que no se habían usado mucho en el juego principal, que se reutilizan muy ingeniosamente para darle una pequeña vuelta a coleccionables previos. Otros se basan mucho en la exploración del entorno y los alrededores dando pequeñas pistas. Eso sí, Aloy se encarga de completarlas en seguida y aunque no es tan agotador como en el juego base, a veces los comentarios de “ayuda” llegan antes de que nos dé tiempo a girarnos para encontrar lo que buscamos. Eso sí, el doblaje de Michelle Jenner, así como el resto de interpretaciones, siguen siendo excelentes, al mismo nivel que el resto de entregas.

Seguro que podemos solucionarlo hablando
La única pega que se le puede sacar a este DLC en lo técnico es que Burning Shores es exclusivo de PlayStation 5, dejando a mucha gente que disfrutó de Forbidden West en PlayStation 4 sin poder acceder a este DLC. Lo que es una pena, porque el contenido es muy amplio. No sólo la trama nos da pistas del desarrollo de la tercera entrega, sino que recorrer las Costas Ardientes es una delicia visual (todo invita a usar el modo foto en cualquier momento). Así mismo, los nuevos puzles y contenido opcional garantizan muchos momentos de exploración y diversión para poder conocer todos los secretos que se ocultan en este mundo en el que se ha convertido la Tierra.
Lo que más me sigue gustando de esta saga es cómo plantea este mundo futuro. Y aunque no trate en profundidad tantos temas como el juego principal (por cuestión de espacio), sí que planta semillas de algunas ideas bastante interesantes sobre el futuro y el pasado y cómo actuamos en base a lo que conocemos. Y si bien los combates ofrecen un buen atractivo para acercarse a la saga Horizon, yo sin ninguna duda me quedo con estas nuevas formas de ver el mundo, en la forma que se muestran las tribus y las ideas que hay detrás de ellas, además de ver con nuevos ojos nuestro presente… Y por la lava, por supuesto.
Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.
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