En ese ciclo me maté yo
Análisis de Returnal

01/03/2023 | Aonia Midnight | No hay comentarios
Soy una gran defensora de que los títulos exclusivos de PlayStation dejen de serlo, aunque sea pasado un tiempo, y lleguen a nuestros ordenadores como mínimo. En parte porque hace tiempo que relegué a un tercer plano las consolas, y en parte porque, cuando se trata de disparar, prefiero utilizar el ratón. Siendo así, Returnal era uno de los títulos que más ganas tenía de que dieran el salto a PC, y la espera ha merecido la pena una vez más.
Nos pondremos en la piel de Selene, quien acaba de realizar un aterrizaje forzoso en Átropos. Este lugar esconde los restos de una antigua civilización y una serie de criaturas y artefactos nunca antes vistos. Sin embargo, lo más extraño de todo será que, tras cada muerte, se verá obligada a reiniciar su viaje. Y no solo eso, sino que el planeta también cambia en cada ciclo. En nuestras manos queda explorar en busca de respuestas e intentar romper el ciclo.
Nuestros primeros pasos en el juego servirán tanto para ubicarnos en la dinámica de reinicios como para hacernos a las mecánicas. Cabe decir que se recomienda (y mucho) jugar con el mando DualSense, por la forma en la que el juego aprovecha al máximo su tecnología. Sin embargo, la manejabilidad con ratón y teclado es muy cómoda, así como en Steam Deck. En cualquier caso, disponemos de acceso rápido a los tutoriales en el menú correspondiente por si fuera necesario.
Y es que Returnal es un juego que pondrá a prueba nuestra paciencia y, sobre todo, nuestra tolerancia a la frustración. Morir está prácticamente garantizado. Y aunque cada enemigo no resulta un peligro (excesivo) por sí mismo, la combinación que encontraremos en algunas salas puede llegar a hacernos sudar. En especial con aquellos cuyo combate se centra en ser un infierno de balas (bullet hell), ya que esprintar no siempre nos salvará del golpe. Y no solo eso, sino que un buen ciclo puede verse truncado justo al final debido a la aleatoriedad que lo envuelve.
Durante cada ciclo recorreremos hasta seis biomas accediendo a las distintas salas en diferente orden. Así, seremos capaces de identificar el escenario, pero no de adivinar a dónde llevará la siguiente puerta. Esto, en realidad, rompe con la sensación de repetición, pero evita que nos aprendamos los patrones y formemos una nueva estrategia. Es muy probable que, al acceder a un escenario, anticipemos lo que podemos encontrar, pero eso será todo. A menudo, la presencia de un enemigo especialmente fuerte, o una mala combinación de hostiles, echará por tierra nuestros planes.
Esto, junto con la aleatoriedad de las armas que encontraremos, puede hacer que un ciclo se convierta en un verdadero infierno. Y, en un juego en el que la exploración es, quizás, lo más importante, puede llegar a suponer un problema. Sin embargo, a base de morir y repetir, iremos desarrollando la destreza necesaria para avanzar.
Cabe decir que Returnal no es un título para todo el mundo. Y con ello no me refiero a la cantinela de “si eres casual, blablablá”. La realidad es que se trata de un juego realmente difícil. Su carácter roguelite hace que su inicio pueda llegar a atragantarse a quienes no toleran bien la frustración. Y es que vamos a morir, sí. Muchísimo, sí. Pero también desbloquearemos mejoras permanentes para el traje si logramos avanzar lo suficiente.
De este modo, la persistencia se verá recompensada, aunque a menudo no tengamos la sensación de estar avanzando. Además, explorar nos otorgará conocimientos sobre el entorno, diferentes objetos y artefactos y las criaturas hostiles contra las que nos enfrentemos. Y también aprenderemos qué equipación se adapta más a nuestro modo de juego y de qué manera enfrentar a nuestros enemigos.
Asimismo, la forma en que afrontemos los biomas en cada ciclo será bastante determinante en este sentido. Y es que, a lo largo de nuestro camino, encontraremos diversos artefactos con diferentes efectos sobre nuestro equipamiento. Artefactos que, al contrario que las mejoras permanentes, se desvanecerán si perdemos la vida. Y lo mismo ocurre con los fragmentos de silfio, armas o parásitos que encontraremos explorando. Estos últimos son especialmente interesantes, ya que ejercerán efectos positivos y negativos sobre el traje una vez los acoplemos.
Cabe decir, además, que determinados elementos estarán imbuidos de malignidad, una condición que puede provocar fallos en nuestro traje. Por lo que es importante leer bien los pros y contras de cada objeto antes de lanzarse a cogerlo. Creedme, no queréis avanzar en según qué condiciones. Aunque, por suerte, eliminar fallos es una opción si cumplimos una serie de condiciones como, por ejemplo, recoger cierta cantidad de obolitos. Y, de igual modo, podremos invertir obolitos en conseguir ciertas mejoras para el traje o fabricar determinados objetos. Aunque los lugares donde hacerlo escasean y no siempre daremos con el objeto deseado, al no tratarse de tiendas o mesas de trabajo al uso.
Otro elemento que hará el ciclo más llevadero será el reconstructor, un aparato que sirve a modo de punto de control, para que no tengamos que reiniciar el ciclo al morir. Sin embargo, funciona con éter, y no se trata de un elemento que abunde en Átropos.
Por suerte, podemos intentar conseguir un poco más si, teniendo activo el modo online, vengamos la muerte de otra persona. Y es que a lo largo de la partida encontraremos diversos cadáveres y, además de ver la huella de sus últimos momentos, podremos gastar éter en saquearlos, o vengarlos y conseguir un poco de este elemento. En otras ocasiones, al analizar el cuerpo, se iniciará un combate inevitablemente, así que precaución.
También podemos sacarle todavía más partido a la conexión online si disfrutamos de nuestra partida en compañía de otra persona. Aunque actualmente no permite compartir sesiones entre PlayStation 5 y PC.
Por su parte, contaremos con la ayuda de un minimapa en todo momento, así como información sobre la cantidad de éter, obolitos y llaves que tenemos. También veremos cuánta especialidad de armas hemos acumulado, además de la vitalidad. Y tendremos algo de información sobre el arma que empuñamos, aunque lo más importante en este sentido es la adrenalina. Cada golpe acertado a los hostiles nos aportará cierta cantidad de adrenalina, y cada nivel de ésta nos otorgará beneficios. Eso sí, si recibimos un solo golpe, se romperá la racha acumulada y deberemos empezar de cero.
Returnal destaca, sobre todo, en su apartado audiovisual. Gráficamente es tan espectacular que, por un momento, pensé que mi ordenador no podría moverlo a pesar de ser bastante nuevo. Y el apartado sonoro no se queda atrás, invitando a quien juega a sumergirse por completo. Experiencia que, además, se ve magnificada si utilizamos un DualSense, ya que el ambiente se traslada a nuestras manos. Y es que con este mando podremos sentir incluso los translocalizadores —teletransportadores que nos permiten viajar rápidamente por los biomas— o la lluvia.
Además cuenta con opciones de accesibilidad bastante amplias, donde podremos elegir desde el tamaño y color de los subtítulos hasta la asistencia para el apuntado o si mantener o pulsar determinados comandos. Asimismo, podremos reconfigurar los controles tanto de mando como de ratón y teclado para adaptarlos a nuestro gusto. Y, dado que el título se encuentra disponible en varios idiomas, entre ellos el nuestro, no nos toparemos con esta barrera a la hora de disfrutar su historia. Cabe decir también que el equipo de traducción y localización se encuentra acreditado de forma general en el apartado correspondiente.
Aunque debo admitir que lo que más he disfrutado de Returnal ha sido su carácter frenético. Cada bioma tiene una serie de salas predeterminadas. Aunque no podremos acceder a todas hasta no haber desbloqueado las mejoras permanentes necesarias, como el gancho, por ejemplo. Sin embargo, siempre lograremos encontrar la sala de contención, diversos espacios con tesoros más o menos jugosos, el reconstructor, la “zona de tiendas” y la sala del jefe.
Así, es fácil hacerse un mapa mental de cada espacio para formar una estrategia con la que prepararnos para el combate final. Incluso aunque la aleatoriedad cambie lo pronto o tarde que encontraremos estos lugares. Y recorrerlos disparando a los hostiles, huyendo por mi vida y probando diferentes armas y objetos ha sido un vicio. Es más, en ocasiones estaba tan sumida en el frenetismo que tenía que obligarme a relajar el ritmo para no pecar de temeraria.
Si algo está claro, es que Returnal es un título difícil que no atrapará a cualquiera. Su carácter roguelite no solo hará que sudemos la gota gorda, sino que pondrá a prueba nuestra capacidad de afrontar la frustración. Y la sensación de no avanzar, o no hacerlo lo suficientemente rápido, puede hacer que más de una persona se descuelgue antes de terminar el primer bioma.
Sin embargo, una buena estrategia y un poco (bastante) de suerte harán que enfrentarse al desafío merezca la pena. Además, cuenta con una historia que, si bien puede pasar a un segundo plano muerte tras muerte, es lo suficientemente interesante como para atraparnos e invitarnos a seguir explorando. Y, por qué no, tratar de obtener el final secreto.
Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie
Etiquetas: acción, bullet hell, climax studios, cooperativo online, espacial, espacio, funciona en steam deck, housemarque, infierno de balas, lluvia de balas, lo del DualSense es brujería, pc, PlayStation 5, protagonista femenina, Returnal, Roguelike, roguelite, shooter, spaaace, third person shooter, un jugador