El humor es algo serio [Título provisional]

El humor es algo serio [Título provisional]

-La Biblia no dice en ningún momento que Jesús riera.

-Tampoco dice que no lo hiciera.

Uno de los debates que aparece en El nombre de la rosa, novela de Umberto Eco, adaptada a película, es sobre el segundo tomo de la Poética de Aristóteles. Este segundo volumen trataría sobre la comedia y la poética. Y una sociedad que basaba buena parte de sus enseñanzas en los textos y tratados de los antiguos griegos, la posible existencia de este tomo es algo que arrastraba mucho debate. Sin entrar en detalle, este se centraría en el diálogo que encabeza este artículo y la importancia de la risa en las enseñanzas. Porque el humor, como se dice, es un asunto muy serio y se nos educa en que las obras elevadas son serias. Quizá, si este segundo volumen de la Poética hubiera llegado a los monjes medievales, la cosa sería distinta en la sociedad europea occidental.

¿Qué es el humor?

Recientemente he releído Maldita la gracia, una antología de veinte relatos de humor y de fantasía, ciencia ficción y terror escritos por mujeres. En su prólogo, las dos seleccionadoras (Raquel Froilán y Almijara Barbero Carvajal, ambas escritoras de género y de humor) reflexionan sobre el humor en general y el humor en la literatura de género en particular. Una de las primeras cosas que comentan es que no se puede definir el humor de una manera universal. Como muy acertadamente dicen, los chistes son algo que depende de múltiples factores: del contexto, la situación, la herencia cultural, la clase, el género e incluso, valga la redundancia, el humor con el que nos encontremos.

Podría enumerar los tipos de humor que existen pero me dejaría algo seguro. Aparte de que no acabaría nunca, porque como en cualquier definición de un género, las etiquetas se vuelven escasas al cabo de un tiempo. Así que podríamos resumirlo todo en un “si te ríes, es humor”. Siempre teniendo en cuenta que el humor no puede ser una barra libre para hacer bullying y que para que algo sea una broma, tiene que reírse todo el mundo. Hablar sobre lo que podríamos considerar “humor negro” de verdad sería alejarse demasiado de los videojuegos incluso para esta web, así que vamos a dejarlo en que humor hay de muchas formas, tipos y colores y que a no todo el mundo le funcionan los mismos chistes en los mismos momentos. Ni siquiera si el comentario lo hace cualquier persona.

El humor como género

Suelo moverme mucho en lo literario, sobre todo en el terreno de la ciencia ficción y la fantasía. El terror es un género al que no me gusta acercarme porque es demasiado efectivo y lo paso muy mal leyendo. Es algo que no va conmigo, ya está. He leído algunas obras pero no es como la ciencia ficción, que casi seguro me va a gustar. Y aún aquí tengo mis preferencias claras con algunos subgéneros.

Charlot apoyado en una palanca gigante en un fotograma de Tiempos modernos

La comedia física es una de mis favoritas y más en la época de cine mudo. By United Artists – ebay, Public Domain, link

Y en un terreno tan amplio y con tantos subgéneros como es la literatura de fantasía, ciencia ficción y terror, suele haber debates sobre si el humor es un género, un complemento o un recurso más. Y cuando una obra se etiqueta como humorística, ¿cómo reaccionamos? Por ejemplo, con la obra de Terry Pratchett muchas veces me he encontrado hablando de ella como “es de humor, pero”. Ahí empieza nuestro problema con el humor. No podemos tomárnoslo en serio. Si algo tiene humor o chistes, es inmediatamente inferior. Porque hacer reír es fácil. Porque si en un velatorio hago el chiste de “Lo siento. No, mejor déjelo tumbado”, tengo más posibilidades de llevarme un guantazo bien merecido que una sonrisa*. Porque la risa es un recurso vulgar y fácil, que no necesita esdrújulas para funcionar.

Nos tomamos el humor a risa, y esto es un gran error porque hacer un chiste es fácil. Que te lo ría alguien puede complicarse. Y hacer un chiste que guste a la mayor cantidad posible de gente es muy complicado. Volviendo a la antología que mencionaba al inicio, de veinte relatos, uno o dos me han arrancado una carcajada, algunos más bien me han puesto una sonrisa y a más de uno, y de dos y de tres, sigo sin encontrarles la gracia. Es lo mejor de la antología, que las seleccionadoras buscaron que hubiera de todos los registros posibles para que al menos algún relato o situación llegara a todo el mundo. Habrá gente que llore de risa por que una aparición molesta sea una cabra y otra por que el nombre de un demonio con el triple de consonantes que vocales pueda pronunciarse como “Joseba”. Es la magia del humor.

“Otia el worbu”

Siempre es gracioso escribir en un medio de videojuegos y no hablar sobre estos hasta el último momento. Cuando pensé en escribir este artículo, pregunté en la redacción de Todas Gamers qué títulos se les ocurrían al mencionar la palabra humor. Algunas de las menciones fueron:

  • McPixel 3. La segunda entrega de la saga que se basa en microjuegos que recuerdan a la saga Wario Ware y su absurdismo.
  • There is no game. Un juego basado en la sátira de juegos y tropos conocidos del medio.
  • Four last things. Hecho con pinturas del renacimiento y música clásica, que basa su humor en el contraste de la situación y lo risible de algunas escenas vistas a día de hoy.
  • Monkey Island. La popular saga de aventuras point and click que se basa en el absurdo para sus chistes.
  • South Park y la vara de la verdad. Basado en la serie de animación conocida por su humor negro y sátira.

Por un lado, la mayoría de nombres son de point and click y por otro, podemos ver juegos que son de humor, o de humor y de aventuras. Ningún caso de juego que sea sólo de aventuras o similar y el humor sea una parte importante de los mismos.

En este aspecto, cuando yo pienso en juegos de humor, no puedo dejar de pensar en la saga de Ratchet and Clank. Cualquiera que los haya jugado sabe que es una saga que es graciosa. O sea, en cada entrega hay un arma para convertir enemigos en un animal, como patos, cabras u ovejas. Pese a esto, nadie los calificaría como videojuegos de humor nunca. Siempre lo asociamos a la aventura, los tiros o el plataformeo. Lo mismo sucede con la mayoría de juegos. El humor es un elemento secundario, si es que se le suele nombrar. Porque la mayoría de veces sabemos que un juego tiene chistes porque nos llega por boca-oreja un tiempo después.

“¿Dónde está el humor, que yo lo vea?”

El caso más característico de esto que menciono sería la saga Yakuza. Durante mucho tiempo, pensé que era una saga de hombres rudos que se dedican a sus cosas serias de yakuzas, no que una gallina te ayuda a gestionar un negocio. Y por lo que sé, esta es una saga que sabe hacer lo más complicado que hay en terreno del humor: combinarlo adecuadamente con el drama.

Cuando antes he dicho que hacer reír a todo el mundo era complicado, hay otro nivel extra. Hacer reír a mucha gente en el momento adecuado. Aquí ya hablamos de más cosas, además de hacer reír, entramos en el terreno del ritmo y de la tensión dramática. Saber cuándo es el momento correcto de soltar el chiste es una forma muy fina y compleja de hacer humor. Aparte de la saga Yakuza, la saga Uncharted sabe defenderse bastante bien en este terreno, usando sobre todo la baza más importante y útil al hacer humor: que el protagonista sea un poco tonto.

Estoy hablando del tonto de cuando te quedas mirando a alguien, evaluando cómo esa persona ha llegado a adulta. Un poco como cuando a mis amigas les digo cada par de semanas que me he perdido de alguna forma en el metro. Y esto es una de las cosas que más me gustó de Uncharted: El legado perdido. Nadine y Cloe a veces tienen ideas brillantes. O una de las dos no se ha dado cuenta de algo muy obvio. O a veces tienen que huir de los tejados esquivando balas mientras deciden de quién es la culpa de que haya pasado esto. Son situaciones muy básicas, pero muy efectivas. Y lo más importante es que humanizan a los personajes.

Porque aunque ver a un personaje sufrir nos enternece y nos hace empatizar con él, es más complicado conseguirlo desde el humor. Y esto resulta contraintuitivo, porque cuando recordamos situaciones con nuestras amistades, al menos yo suelo recordar mejor los momentos en los que acabé riendo como una hiena por cualquier motivo. Y un juego que me resulta muy definitorio de esto es Final Fantasy XV.

Foto de grupo de Final Fantasy XV con un marco que indica que es el fin del juego

Los sigo echando de menos

Sin entrar en spoilers, antes de la batalla final se nos pide escoger una fotografía entre las decenas que se han hecho durante la aventura. En mi caso, escogí una foto de grupo, donde salían todos posando sonrientes. Tranquilos, relajados y felices. Mi colección de imágenes tenía situaciones tiernas, como Noctis acariciando a su chocobo en la hoguera por la noche, pero sobre todo, situaciones ridículas, o del grupo riendo. Si tengo que pensar en momentos de los choconiños, suelo pensar en las pullas que se tiraban entre combates. Pequeños chistes internos que ayudaban a definir a los personajes y conocerlos un poco mejor. O los momentos de distensión antes de irse a dormir, con los personajes riendo y posiblemente recordando alguna situación ridícula de ese día, tranquilos y relajados.

La risa y el humor son importantes en nuestro día a día y suelen poblarlo de una forma u otra. Ya sea por una situación ridícula, o por cómo contamos algo que nos ha pasado de una forma graciosa. Quizá por eso se denosta tanto al hablar de cosas serias y elevadas. Porque la percepción general es que el humor es algo secundario y menor en las grandes obras, cuando la realidad es que muchas grandes obras tienen un componente de humor que no se señala. Ya sea por la respetabilidad, ya sea porque no le damos la importancia apropiada, cuando deberíamos señalarlo y ensalzarlo como se merece. Saber cuándo meter un chiste y que este funcione es un talento muy preciado (que se lo digan a Lois McMaster Bujold con la saga Vorkosigan). Y aun con eso, no le prestamos la atención debida.

Quizá, si hubiera llegado a nuestros tiempos el segundo tomo de la Poética de Aristóteles, tendríamos otras ideas y concepciones del mundo en Occidente. Pero no podemos perdernos en los “¿y si…?”, porque podría ser cualquier cosa. Así que sólo nos queda cultivar el noble arte del humor, ya sea escribiéndolo o destacándolo en las obras que más nos gustan y que saben cómo usarlo. Ya sea con pollos de goma o haciendo el Conejo Deformado en la pared de la cueva.

*Salvo en el caso muy concreto de un grupo de amistades, en el que llevamos años con este chiste.

PD: La autora de este artículo se disculpa por la notable ausencia de chistes, gags y otros elementos humorísticos que hubieran podido aliviar el uso de palabras largas de este artículo. Se ha querido tratar este tema con la seriedad adecuada, que es la que tenemos aquí colgada

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Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

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