(aka. Parkour y Zombies 2)

Análisis de Dying Light 2 Stay Human

Análisis de Dying Light 2 Stay Human

Durante los streamings de Left 4 Dead y Back 4 Blood, el nombre de Dying Light surgió en más de una ocasión. Bien como recomendación o bien como parte de la conversación sobre videojuegos de matar zombis, es un título que solía aparecer por el chat. Consecuentemente, Dying Light 2 Stay Human llamó mi atención tan pronto como anunciaron la fecha de lanzamiento. Y, aunque llego un poco tarde, he de admitir que ha sido toda una experiencia.

En esta entrega, encarnaremos a Aiden, un peregrino cuyo objetivo en esta vida es encontrar a su hermana Mia. A través de algunos flashbacks de su pasado, descubriremos que ambos hermanos fueron sujetos de experimentación durante su infancia. Y si bien nuestro protagonista logró escapar de las instalaciones, desconoce el paradero de Mia. O si consiguió salir con vida cuando el mundo se fue a la mierda.

Esta búsqueda nos llevará a una ciudad repleta de infectados, donde diversas facciones luchan por defender su territorio de sus oponentes y de los monstruos. Y así nos involucraremos, queramos o no, en una guerra en la que nuestras decisiones tendrán un peso considerable. Bajo la premisa de obtener información que nos acerque a Mia, decidiremos a quién ayudar en esta batalla por pedacitos de la ciudad. Y si bien en el fondo nos la trae al pairo quién domine qué, la verdad es que cada grupo tiene sus ventajas. Pero vayamos por partes.

La dinámica de Dying Light 2 Stay Human es sencilla. Recorreremos un mundo abierto repleto de formas de desviarnos. Pero con la tranquilidad de saber siempre cuál es nuestro siguiente paso, si queremos continuar con la historia principal. Aunque ésta, per se, está formada de pequeñas misiones secundarias. Y es que nadie suelta prenda sin nada a cambio.

De este modo, conoceremos a pacificadores y supervivientes, así como sus motivaciones personales y como grupo. Y, según descubramos nuevos lugares y zonas de la ciudad, escogeremos hacia qué facción inclinar la balanza con nuestras decisiones. Decisiones que tomaremos bien a través de diálogos, que en ocasiones contarán con una cuenta atrás, o bien mediante la asignación de estructuras del mapa. Y es que tenía que llegar alguien que supiera hacer parkour para desbloquear ciertas ubicaciones sin despeñarse contra el suelo.

Captura de Dying Light 2 Stay Human con diversas opciones de respuesta

Estas elecciones se verán reflejadas no solo en el mapa y la forma en la que lo recorreremos, sino también en la historia. Tanto es así que, antes de elegir a quién otorgar el control de un lugar, veremos qué ventaja nos otorgará. Los pacificadores instalarán trampas bastante útiles durante los combates, mientras que los supervivientes construirán apoyos para parkour que facilitarán nuestro movimiento por la ciudad. Podemos escoger a quién darle el control según nuestra forma de jugar, o por una cuestión de simpatía con una facción en concreto.

En cuanto a la trama, inclinarnos por un grupo u otro supondrá descubrir una rama diferente de la misma historia. Algo que podría incitar a jugar otra partida de no ser por la extensa duración de Dying Light 2 Stay Human. Por suerte, la opción de jugar en cooperativo con hasta tres personas más puede ser un buen incentivo que compense esto.

Por su parte, explorar y desviarse será bastante importante, dado que podría decirse que nuestra inmunidad depende de ello. O, más bien, no sudar la gota gorda cada vez que se haga de noche o accedamos a una zona oscura. Esto se debe a que Aiden está infectado y su humanidad dependerá de la exposición a la luz UV, sea artificial o del sol. Cada vez que nos alejemos de una fuente ultravioleta, nuestra inmunidad comenzará a descender. Y el tiempo que tardemos en convertirnos y, por tanto, morir, dependerá de los inhibidores que hayamos empleado en aumentar nuestra salud y/o resistencia.

Además, serán necesarios tres de estos fármacos para mejorar cualquiera de las dos estadísticas, por lo que deberemos buscar en diferentes ubicaciones a lo largo de nuestra partida. Por su parte, avanzar en la historia principal nos otorgará como recompensa algún que otro inhibidor. Pero si realmente queremos notar la diferencia, lo mejor será desviarse del camino y explorar lugares oscuros o enfrentarnos a alguna que otra anomalía del SAI. En cualquier caso, dispondremos de un dispositivo electrónico que nos avisará de que nos encontramos cerca de un contenedor de inhibidores y a qué distancia.

Dying Light 2 Stay Human no es un juego complejo, aunque cuenta con un selector de dificultad para que escojamos el nivel de reto que queremos afrontar. Sin embargo, sí puede resultar algo frustrante en algunos momentos. Por su parte, algunos de los controles no son los habituales a otros juegos, por lo que nuestros primeros pasos no solo servirán a modo de tutorial, sino que además nos permitirán hacernos a sus mecánicas. Asimismo, cada vez que desbloqueemos algo nuevo, nos aparecerá un cartel informativo.

Captura de Dying Light 2 Stay Human usando el parapente

Y, de igual modo, podremos adaptar las teclas o botones en el apartado correspondiente de configuración, junto con gran variedad de opciones que permitirán que cada cual ajuste el juego en la medida de lo posible a sus necesidades. Opción antimareo incluida, lo cual es de agradecer en un juego en primera persona, especialmente con parkour de por medio.

A medida que avancemos en nuestra partida, que no en la historia, conseguiremos experiencia y ganaremos puntos de combate y de parkour a base de enfrentarnos a enemigos o saltar por los tejados, entre otras cosas. De esta manera, podremos desbloquear diferentes habilidades, aunque para algunas será necesario haber aumentado nuestra salud o resistencia.

En Dying Light 2 Stay Human recorreremos un mundo vivo donde el tiempo avanza de forma notoria. Día y noche contarán con actividades diferentes, y ello afectará a nuestros movimientos. Así, durante las horas de luz podremos movernos con cierta libertad por las calles de la ciudad, aunque deberemos evitar los rincones sombríos y tiendas olvidadas. Mientras que las horas nocturnas llenarán cada rincón de la ciudad de infectados, dejando algo más libres los lugares mencionados.

Sin embargo, debemos recordar que movernos por la oscuridad afectará a nuestra inmunidad, por lo que tendremos que estar pendientes de dónde se encuentran las zonas seguras. O llevar siempre encima objetos para ganar algo de tiempo. Y aquí es donde entra en juego el inventario. Si bien contamos con gran capacidad para llevar objetos, deberemos seleccionar aquellos que usaremos de forma inmediata. Y esto nos incitará a pensar qué equiparnos según cuál sea nuestro próximo movimiento.

Ocurre lo mismo con armas y equipamiento. Encontraremos diferentes tipos de armamento, al que nos permiten añadir modificaciones y que, además, se desgastará con su uso. Podremos equiparnos hasta cuatro del tipo que mejor se adapte a nuestro estilo de combate, quedando el resto guardadas en el inventario. Una vez se rompa alguna de las que llevábamos equipadas, deberemos acceder al inventario y escoger otra. De lo contrario, Aiden sacará los puños.

El equipamiento, por su parte, se dividirá por roles —médico, tanque, comando, luchador— y podremos elegir aquel cuyas estadísticas se adapten más a nuestro modo de juego. Y combinar prendas de diferentes roles. Todo aquello que no queramos tener ocupando espacio en el inventario podremos venderlo en los puntos indicados y, así, sacar unas monedas. Este dinero servirá, como era de esperar, para comprar objetos, pero también para invertir en mejoras de diseños de los maestros artesanos. Aunque, en este caso, también necesitaremos otros objetos además del dinero.

Captura de Dying Light 2 Stay Human de un infectado agarrando a Aiden

A partir de determinado punto de la historia, desbloquearemos a los agentes. Estos personajes representan a las diferentes facciones y nos permitirán ganar reputación completando cacerías temáticas. Una forma de hacernos volver diariamente al juego en busca de nuevos retos, una vez demos por terminada la historia principal o si no nos apetece continuar con ésta. Podremos tener activos tres contratos diarios y uno semanal, así como cancelar aquellos que no deseemos completar.

Cabe decir que algunos objetos se desbloquearán como parte de la historia, así que es bastante recomendable avanzar en la trama para poder vivir la experiencia al completo. Aunque ello no implica que no se disfrute explorando antes de conseguirlos. Lo que sí puede marcar la diferencia es desbloquear ciertas ubicaciones para, por ejemplo, poder utilizar el viaje rápido. O para contar con más zonas ultravioleta por la noche, dado que si llamamos la atención de cierto tipo de infectado, se activará una persecución que no parará hasta dar con uno de estos puntos… o nuestra muerte. Aunque si no queremos complicarnos la vida por la noche, siempre podemos descansar hasta el amanecer en los lugares correspondientes.

En el apartado audiovisual, el título resulta bastante inmersivo, pero he de admitir que me costó acostumbrarme al hecho de correr y ver las manos del personaje aparecer. Asimismo, considero que el protagonista tiene una voz más madura de la que su físico pudiera dar a imaginar, aunque el resto del elenco me pareció muy acertado. Tampoco terminé de acostumbrarme a algunos sonidos ambientales que lograban distraerme en más de una ocasión.

Sin embargo, esto se compensa enormemente con algunos diálogos y momentos del juego. Y jugando bajo una manta con la Steam Deck, aunque debo decir que me costó hacerme al cambio de ratón y teclado a los controles de mando. Además, sin tratarse de un título de terror, confieso que me pegué un buen puñado de sustos a consecuencia de la tensión de algunas zonas de sigilo y en algún que otro combate.

Dying Light 2 Stay Human ha sido una grata sorpresa. Incluso habiéndome matado más veces de las que estoy dispuesta a admitir por precipitarme de un edificio haciendo parkour, me he sumergido más de lo que esperaba. En ocasiones, las cuentas atrás y algunos combates consiguieron frustrarme, pero nunca tanto como para cerrar el juego o darlo por imposible. Tampoco diría que se trata de una cuestión de falta de habilidad, sino de hacerse al timing del juego, tanto en lo que se refiere a parkour como a combate.

Captura de Dying Light 2 Stay Human de un combate contra renegados

Si tuviera que sacarle alguna pega sería a la mecánica de ganzúas y algunos diálogos. Esto se debe a que, si bien las cerraduras se dividen en fácil, media o difícil, la verdad es que no noté la diferencia a la hora de forzarlas, cosa que me dejó bastante fría. Y lo mismo ocurrió al ver cortados algunos diálogos justo al final de una frase, sacándome por completo de lo que estaba contando el personaje para centrarme en el error. Aunque esto es más bien algo anecdótico.

Además, el título se encuentra disponible en varios idiomas, entre ellos el nuestro, tanto para voces como para textos, por lo que es difícil perderse algo. Y cabe destacar que encontramos acreditación al equipo de traducción y localización de todos los idiomas en los títulos finales, pero al hacerse de forma global no resulta del todo clara.

En términos generales se trata de un buen juego, con gran cantidad de contenido. Y donde el mundo abierto, aunque tiene actividades bastante repetitivas, cuenta con muchas maneras de desviarse de la historia principal. O de volver, al finalizar la misma, y aprovechar el postgame para completar el mapa. Asimismo, la trama, las diferentes facciones y sus personajes invitan a saber más, y el sistema de decisiones está bien implementado.

Sin lugar a dudas, Dying Light 2 Stay Human invita a jugar en cooperativo, ya sea para explorar otros caminos o para conocer un desenlace diferente sin que resulte pesado o repetitivo hacerlo en solitario. Además, el DLC Bloody Ties ofrece un nuevo pedacito de historia, animándonos a participar en un brutal torneo en el que deberemos pulir nuestras habilidades si queremos que Aiden llegue a ser el mejor (que habrá jamás). Aunque puede que en el camino nos topemos con alguna que otra contrarreloj que convierta nuestro cerebro en mantequilla y haga parecer que no hemos jugado a un videojuego en la vida. No lo digo yo, lo demuestran las marcas de Aiden sobre el asfalto.

Clave proporcionada por Techland.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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