Hazte así, que tienes un poco de zombi en el pelo

Análisis de Dead Island 2

Análisis de Dead Island 2

Todavía recuerdo estar envolviendo una caja de Dead Island para PlayStation 3 como regalo de cumpleaños para mi hermano. También pensar la buena pinta que tenía el juego y que, bueno, no era un regalo boomerang, pero era más que probable que le robara el mando de vez en cuando. Sin embargo, no fue así, y el título fue cogiendo polvo en mi lista de pendientes conforme pasó el tiempo. En cualquier caso, no es ningún secreto que no me importa en absoluto subirme a una saga sin haberme asomado a los primeros títulos. Y cuando se presentó Dead Island 2, y la oportunidad de traerlo a la web, me lancé de cabeza.

Un virus que transforma a la gente en zombi se está extendiendo por Los Ángeles. Por suerte, hemos conseguido dar con un grupo de supervivientes. Además, no tardaremos en descubrir que somos inmunes al patógeno. Esto solo puede significar una cosa, y es que debemos mover el culo, armarnos hasta los dientes con lo que encontremos y dirigirnos donde sea necesario para acabar con esta puta locura. Perdón. Me he venido arriba. O bueno, ¡qué coño! Las cosas no están para formalismos.

El camino no será un puto paseo por el campo, pero tampoco nos hará llorar en los brazos de mami, no sé si me entendéis. Aunque algunos zombis nos tumbarán más de una y dos veces, haciendo que nos replanteemos qué coño estamos haciendo mal. Dead Island 2 no cuenta con modos de dificultad, pero tampoco los necesita. Sí tiene un apartado de accesibilidad que nos permitirá configurar el juego como nos salga de las gónadas. Lo que significa que podremos reasignar los controles o escoger si mantener o pulsar los botones para agacharnos o correr, entre otras cosas. Además, nuestros primeros pasos servirán a modo de tutorial para que no la liemos con los controles, juguemos con mando o con ratón y teclado.

La mecánica del juego es bien fácil: no morir. ¿Lo captáis? Deberemos recorrer Los Ángeles, enfrentándonos a un montón de infectados que no preguntarán antes de darse un banquete con nuestras vísceras. Para defendernos, podemos ir a puñetazo limpio, ¿por qué no? Pero es recomendable agarrar cualquiera de las muchas armas que encontraremos si tenemos la cabeza donde la tenemos que tener. Y no me vengáis con que esos cabrones siguen siendo humanos, porque está en juego nuestro pellejo, ¿estamos?

Captura de pantalla de Dead Island 2 de zombis en una piscina.

Si necesitamos reponer fuerzas, que nos hará falta, encontraremos por ahí tiradas barritas y bebidas energéticas, que nos pegarán un subidón de vida o furia. También nos toparemos con algún que otro botiquín. Meteos en la cabeza que el número de cosas que podremos llevar encima es limitado, no seamos ansias. ¿Que por qué? Colega, porque ni los bolsillos son tan grandes ni llevamos mochila ni queremos ir hasta el culo de cosas si toca echar a correr. Y lo mismo ocurre con el resto de recursos que saquearemos. Sí, habéis leído bien, si queremos mejorar nuestras armas, tendremos que revisar cada armario, coche o maleta que nos crucemos por el camino. Y creedme cuando os digo que vamos a necesitar mejorar nuestras armas. Además, se harán añicos de tanto reventar cabezas.

Asomarnos a cada rincón en busca de cosas saqueables también hará que encontremos algún que otro objeto de esos que en el mundillo se llaman coleccionables. Pff, ¿coleccionar? ¿El mundo se va a la mierda y la gente piensa en coleccionar? En fin, quizás sirva para saber más sobre todo este lío y qué coño está pasando. Y quién sabe si por el camino nos encontraremos con más peña que necesite ayuda o vete a saber qué. Total, las misiones secundarias son opcionales, ¿no?

¡Por cierto! Antes de que se me olvide, en Dead Island 2 se puede elegir entre seis matazombis, cada uno con su propia personalidad y habilidades. Que aunque la primera persona no nos deja vibrar con su estilo la mayor parte del tiempo, sí escucharemos diálogos que nos harán partirnos el ojete. Y, ¡qué coño! Si queremos probar varios, siempre podemos llamar a alguien que nos aguante y echar unas partiditas online. Eso sí, de lo que disfrutaremos enormemente con esta cámara será de un buen baño de vísceras. Y algún que otro susto, porque esos cabrones pueden salir de cualquier sitio sin avisar ni hostias.

Ahora, escuchadme bien. Combatir está de lujo, pero también hay que saber cuándo salir por patas, aunque sea para recuperar el aliento o tener un espacio para curarnos. Y sobre todo aprender bien cuándo arrear una buena patada o, mejor aún, cuándo bloquear un golpe. Hacerlo en el momento adecuado puede salvarnos de más de un mordisco. Que somos inmunes, sí, pero no inmortales. Si consiguen superar nuestra defensa solo nos quedará rezar y acertar con los QTE. Pero que no cunda el pánico, no serán difíciles. También tendremos la movida esta de reaccionar rápido si queremos matar de forma molona, así que aprended a hacerlo y disfrutad. O podemos optar por opciones más creativas y buscar la forma de quemar o electrocutar a los zombis, ¿por qué no?

Captura de pantalla de Dead Island 2 del ataque de un zombi.

Según vayamos aguantando el tipo, subiremos de nivel y desbloquearemos habilidades. Tenemos varios tipos y serán diferentes según el matazombis que hayamos elegido. Pero lo realmente importante es que no será la típica movida de asignar puntos en un árbol. Nah. Aquí utilizaremos una serie de cartas bien molonas y las equiparemos como nos dé la gana, siempre y cuando respetemos dónde va cada una: destrezas, supervivencia, asesinato y numen. También podremos cambiarlas en cualquier momento, incluso en mitad de un combate. ¡Qué puta pasada! Lo que no es tan divertido es el autoguardado. Se irán creando puntos de control cuando le da la puta gana y, en más de una ocasión, puede jodernos la vida. Preparaos para afrontar un poco de frustración, colegas.

Pero dejadme deciros qué es lo más alucinante de Dead Island 2: su apartado audiovisual. Los baños de sangre no serían la locura que son si no sintiéramos que de verdad nos estamos llenando de vísceras. Vale que me fliparía poder verme en los espejos y no hacerlo saca un poco de la experiencia, pero la brutalidad del combate es tan satisfactoria que se lo perdono. ¿Y el sonido? No sé qué me pone más, si el sonido de la lata de bebida energética, el combate o la música. Voy a decantarme por lo último para que no penséis que estoy pirada de la cabeza, pero… uff. El nivel de inmersión es como para no mirar el reloj en todo el puto día. 

Ahora en serio. Estamos ante un sandbox donde el combate cuerpo a cuerpo es tan salvaje como satisfactorio. Y donde los comentarios del personaje escogido —en mi caso Carla— hacen de la experiencia algo increíble. Además, el estupendo trabajo del equipo de traducción y localización está debidamente acreditado en el apartado correspondiente. Dead Island 2 invita a explorar y perderse, saqueando todo lo que se pueda y tratando de recorrer cada rincón del mapa. Para ello, no nos toparemos con oleadas interminables de zombis, sino que iremos encontrando restos de civilización en nuestro camino. Tanto que podemos verlos alimentarse tranquilamente en mitad de una carretera o podrán aparecernos en una habitación que creíamos vacía. 

Se trata de una aventura que disfrutaremos en solitario y, sobre todo, en compañía. Uno de esos títulos que podemos jugar sin prestar mucha atención, porque nos apetece desconectar mientras picoteamos o ponemos algo de fondo. Y que, de pronto, nos hará soltar una carcajada, ya sea por la brutalidad de alguna muerte, por un susto inesperado o por alguna situación con otros personajes. Además, no seré yo quien hable de lo terapéutico que resulta desmembrar ricos y famosos después de leer según qué noticias. ¿Eh? ¿Zombis? ¡Ah! Sí, sí, claro, zombis ricos y famosos.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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