En Strayed Lights, como en redes, lo mejor es bloquear
Análisis de Strayed Lights

21/06/2023 | Aonia Midnight | No hay comentarios
No son pocas las veces que nos cruzamos con un juego cuya historia, más que contarse, se intuye. Es decir, quienes nos ponemos a los mandos cogemos cada fragmento de información que consideramos que puede encajar y tratamos de dar forma a lo que ocurre. En esta liga juegan títulos como Little Nightmares, Inside o Planet of Lana, cuyas historias dan lugar a todo tipo de teorías. Y es que a menudo lo que nos cuenta el propio juego a través de sus escenarios o pequeñas cinemáticas es más que suficiente para que construyamos la historia. Algo parecido ocurre con Strayed Lights.
Nos encontramos ante una aventura sin diálogo alguno y donde deberemos prestar atención si queremos entender qué ocurre o por qué hacemos lo que hacemos. Por suerte, no se trata de un juego largo, lo que nos invita a dar una segunda vuelta para terminar de encajar las piezas. Al menos si no se nos atraganta la mecánica de combate, ya que lejos de aporrear teclas o preparar nuestro siguiente turno, aquí priman los bloqueos. Es decir, nuestra forma de derrotar a nuestros enemigos será parar sus ataques en el momento justo. Pero no penséis que será tan sencillo, ya que también deberemos alternar el color de nuestro personaje para que el bloqueo sea efectivo.
En Strayed Lights disponemos de dos esencias, por decirlo de alguna manera, una azul y otra naranja. Aunque no sólo nuestro personaje, también aquellos otros con quienes nos cruzaremos, y esto incluye a los monstruos. Así, el combate consistirá en que los enemigos nos atacarán imbuidos de un color y deberemos tratar de parar el golpe en el momento justo habiendo activado la esencia acorde. Esto irá llenando nuestra barra de energía, y vaciando la suya, hasta que podamos dar el toque de gracia, soltando toda esa energía acumulada. También podremos golpear, aunque esto acumulará mucha menos energía, y esquivar o correr. De igual modo, si bloqueamos un golpe sin acertar en el color, sólo conseguiremos evitar el daño. Y si acertamos no sólo llenaremos la barra de energía, sino que conseguiremos curarnos. Cosa a tener en cuenta, dado que no existen más elementos curativos.
Tendremos la opción de utilizar habilidades para facilitarnos las cosas, estando limitadas a dos veces por enfrentamiento. Podremos desbloquear hasta tres habilidades, y mejorarlas, según avancemos en la aventura. Esto se debe a que al completar enfrentamientos, obtendremos puntos de habilidad que podremos invertir en dos sencillos árboles. Por un lado, tendremos el árbol correspondiente a las habilidades de combate y, por otro, el referente al propio personaje. Así, podremos aumentar nuestra salud, pero también formas de hacer más efectivo nuestros bloqueos en combate. Para asignar estos puntos, deberemos encontrarnos en el Mundo Interior, para lo cual podremos meditar o esperar a completar una zona.
Pero que esto no os haga pensar que Strayed Lights es un juego lineal, porque nada más lejos de la realidad. Durante nuestra aventura nos moveremos libremente por un mundo onírico, decidiendo en cada momento a dónde queremos ir. Por suerte, los caminos están claros, aunque no será raro desorientarse un poco ante la ausencia de un mapa. En cualquier caso, la dinámica es sencilla, avanzaremos por el camino elegido, enfrentándonos a diversas criaturas, y combatiremos hasta en dos ocasiones con un jefe. Una vez derrotado éste, apareceremos en el Mundo Interior y, desde ahí, volveremos al escenario del juego. Cabe decir que merece la pena recorrer cada rincón para dar tanto con esferas que aumentarán nuestro nivel de afinidad de energía como con una serie de cascarones. Si reunimos suficientes de estos últimos, desbloquearemos imágenes que quizás nos permitan comprender el trasfondo del juego.
Strayed Lights no es un juego difícil, aunque sí puede resultar frustrante. Sobre todo al principio. Nuestros primeros pasos servirán a modo de tutorial, tanto para que nos familiaricemos con los controles como para que nos aprendamos los tiempos de los enemigos. Y es que, sin duda, esto será lo más importante. Vamos a recibir daño, que no os quepa ninguna duda, pero también aprenderemos con cada golpe cuál es el momento preciso para bloquear o esquivar. Sin embargo, debo admitir que algunos combos a menudo resultan demasiado frenéticos como para acertar con el cambio de color. O lograr parar el golpe siquiera. Y lo mismo ocurre cuando la criatura consigue encajar un golpe, ya que es posible que no consigamos reponernos a tiempo y acabemos recibiendo más.
En cualquier caso, nada como levantarse de nuevo y repetir el enfrentamiento sabiendo cuándo y cómo reaccionar a los ataques. Y para quienes no se quieran complicar la vida, o les parezca poco reto, en julio tienen previsto introducir dos nuevos modos de dificultad: historia y desafío. Además, todo apunta a que podremos cambiar dicho nivel una vez iniciada la partida. Asimismo, a principios de junio introdujeron los Recuerdos y los Ensayos, que son formas de repetir combates contra jefes. Por si nos quedamos con ganas de probar diferentes estrategias o proponernos un reto.
Se juega en tercera persona, pero cuenta con opciones para reducir la sensación de mareo para quienes puedan necesitarlo. De igual modo, tiene diversos tipos de ajuste para daltonismo, así como la posibilidad de regular su intensidad. Además, está disponible en múltiples idiomas, entre ellos el nuestro, que si bien esto sólo aplica a la interfaz del juego, se agradece igual.
Asimismo, la importancia de los bloqueos es tal que viene asignada al comando que habitualmente se utiliza para atacar, aunque nos permiten modificar los controles a nuestro parecer. De hecho, se maneja tanto con ratón y teclado como con mando, pero se recomienda el uso de este último. Y funciona también en Steam Deck, aunque algunos textos resultan un tanto pequeños. Por suerte, la ausencia de diálogos hace que este problema pase a segundo plano.
Strayed Lights ofrece una experiencia donde la paciencia será la clave. Destaca por la originalidad del combate y un apartado audiovisual de los que invitan a sumergirse. Se trata de un juego donde hacerse a los tiempos de los enemigos puede poner a prueba nuestros nervios. Aunque a menudo no es sino una forma de decirnos que dejemos de intentar golpear al enemigo y nos centremos en la mecánica que quiere que usemos, todo sea dicho. También es cierto que a veces lo más frustrante es sentir que nuestra anticipación o retraso residen en una milésima de segundo. Pero acaba mereciendo la pena.
Y la historia, si bien no es su punto más fuerte, ni termina de generar la curiosidad suficiente como para darle forma, sí sirve como trasfondo. Es decir, es fácil que perdamos el hilo de lo que parece estar sucediendo, pero no se siente fuera de lugar. Y tampoco es algo que requiera nuestra atención para disfrutar de la aventura. Es más, si conseguimos cogerle el gusto al combate, es fácil que volvamos a dar una segunda vuelta, esta vez sí, fijándonos en los detalles. ¿Quién sabe? Quizás sea otra historia de luces y sombras… o puede que no. A lo mejor nuestro personaje se encuentra en un proceso de búsqueda personal. Y que las criaturas a las que nos enfrentamos sólo estén atormentadas y necesiten calmarse. O que la clave para entenderlo todo resida en aquello de bloquear en lugar de atacar.
Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie
Etiquetas: Acción y aventura, Ambientales, bloqueo, combate, embers, fantasía, funciona en steam deck, parada, parry, strayed lights, Tercera persona, un jugador