¡Hola! Vendo preciosas cazadoras como la que llevo encima
Un periódico, un Péndulo y una historia de amor

06/08/2023 | Alystrin | No hay comentarios
Ya hace bastantes años que el formato digital se ha impuesto en cuanto a juegos de PC se refiere. En gran parte se ha impulsado para reducir costes de distribución, pero también porque es mucho más fácil tener bibliotecas monstruosamente grandes sin que se coman nuestro salón. También ahorran los cambios de soporte: primero los disquetes, posteriormente los CD-Rom, DVD y, en último lugar, los BluRay. A día de hoy es posible que todavía tengamos algunos en casa, más como reliquia nostálgica que otra cosa, pero ha sido todo un viaje. El formato físico se mantiene, sí, pero para consolas y con cada vez más cortapisas por parte de las compañías. Bien es cierto que muchas veces incluyen extras interesantes, como la figura de la Señorita Cáliz en la edición de Cuphead o la guía impresa del juego en el caso de Tunic. Tristemente, si teníamos un título en alguno de estos soportes significaba que automáticamente perdíamos el acceso al mismo si no teníamos un PC con el reproductor necesario. Sin embargo, algo que veo como ventaja (entre otras) es que, de vez en cuando, había una promoción con un periódico o una revista con la que poder conseguir una colección concreta. Estamos hablando de una época en la que los videojuegos no tenían tanto alcance para el público general como hoy día, y fuera de los pelotazos de las compañías grandes había muchísimos títulos que no recibían la atención merecida. Muchos de ellos eran aventuras gráficas, y gracias a estos suplementos descubrí juegos que persisten en mi memoria.
Fue en una de estas promociones en la que cayó en mis manos el primer point and click que recuerdo: Indiana Jones y la Última Cruzada. Con el pixel art pertinente y el sonido en 8-bits de la época nos poníamos en la piel del famoso arqueólogo para encontrar el Santo Grial. Muchos de los escenarios recreaban la película maravillosamente, y fueron incontables las horas que empleé para intentar conseguir mi meta. Digo intentar, porque jamás llegué a terminarlo. El salto de fe en la cabeza del león me resultó un obstáculo insalvable (más que las catacumbas de Venecia, que ya es decir), y así me temo que el pobre Henry Jones senior pasó a mejor vida en lo que de mí dependía. Como curiosidad, años después descubrí que el juego está disponible en Steam, en inglés, eso sí, aunque sigo buscando por los foros una buena traducción al castellano.

Mejor que sea Indy y no su primo Paco
Un poco más adelante, y ya con la llegada del CD-Rom, un amigo me regaló King’s Quest VII: The Princeless Bride. Una cosa que me chocó de aquel entonces fue que “no le gustaba, porque es de chicas”, pero eso que me llevé. Efectivamente, en ese título la protagonista era la princesa Rosella de Daventry, quien al intentar huir de su madre y sus ideas alcahuetas era atrapada por el Rey Troll para casarse con él. En este juego, dividido en episodios, controlábamos tanto a Rosella como a Valanice. Tras un diseño precioso de dibujos animados y una traducción al castellano un tanto irregular se encontraba un título al que cogí muchísimo cariño. Tanto fue así que me lo terminé varias veces, consiguiendo ambos finales y disfrutándolo horrores por el camino.
Posteriormente vinieron unos años de sequía en cuanto a aventuras gráficas se refiere. No terminaba de dar con algo que me enganchase, y me diluí en otras cosas. Pero una promoción del periódico me trajo una colección que guardo como un tesoro y me ha dado unas alegrías tremendas. Estoy hablando del recopilatorio de la ya desaparecida FX Interactive, que incluía títulos como Sega Rally o Rayman, pero, sobre todo, el que me marcó y devolvió mi amor por los point and click fue Hollywood Monsters. Otro aspecto que me fascinaba era que era un videojuego desarrollado por el estudio patrio Pendulo Studios, ¡no todo era industria estadounidense o japonesa!
Basado en las antiguas películas de terror, Hollywood Monsters nos trae la historia de Ron Ashman y Sue Bergman, dos reporteros que buscan la exclusiva de sus vidas en la fiesta de entrega de los premios a los mejores monstruos cinematográficos. Pero en su reportaje se encuentran de forma inesperada con intrigas y conspiraciones del celuloide, y que llevarán a nuestros aguerridos investigadores a escenarios tan dispares como el castillo del Conde Drácula, la mina del Hombre Lobo o incluso un lago escocés. A nivel personal fue un título que me marcó y me hizo enamorarme de nuevo del género. Había algunas partes con puzles que te hacían tirarte de los pelos, y en general era un título con muchísimo humor y que enganchaba como muy pocos. Han pasado muchos años, pero la imagen de Igor declamando “¡No puedes matar el amor!” me acompañará para siempre. Y la manera de demostrar que soy un verdadero escocés. Si lo habéis jugado sabréis a qué me refiero.

Gil reloaded
De Pendulo también es Igor: Objetivo Uikokahonia, que conseguí un tiempo después. Aunque no me impactó de la misma manera, puedo decir que lo gocé enormemente y me divertí mucho acompañando a nuestro pobre estudiante en su empeño en irse de fin de curso y conquistar a su querida Laura. El estudio sigue en activo, por cierto, con juegos tan significativos como Blacksad: Under the Skin, Alfred Hitchcock – Vertigo o su próximo lanzamiento: Tintin Reporter – Los Cigarros del Faraón. También lanzaron una segunda parte de Hollywood Monsters, también conocida como The Next Big Thing, pero quizá esperaba más parecidos con el primer juego y no la disfruté tanto como se merece.
La última aventura gráfica que me ha maravillado tiene también sus años, pero no la probé hasta hace muy poco. Hablo del maravilloso Grim Fandango, con su arte, su humor y su música. Manny Calavera es un agente de viajes del departamento de la Muerte, encargado de vender paquetes de lujo para nuestro viaje al Más Allá. En su intento de ascender se encuentra con crímenes, revolucionarios huesudos y viajes subacuáticos, y con personajes, buenos y malos, dignos de ser recordados. Tampoco quiero dejar de lado A Vampyre Story, con la adorable Mona De LaFitte, quien intentaba librarse de su insoportable marido y volver a la ópera que nunca debió abandonar. Se quedó en un perpetuo cliffhanger, puesto que A Vampyre Story 2: A Bat’s Tale jamás fue lanzado.
Si algo me pone enormemente triste es la cantidad de juegos que hemos perdido con la llegada del soporte digital exclusivo. Aunque algunos todavía están disponibles, Hollywood Monsters o Igor: Objetivo Uikokahonia no pueden ser adquiridos legalmente en ninguna plataforma digital. Otros, como A Vampyre Story, tienen una optimización tan terrible que los hace injugables (actualmente solo está disponible en Steam, puesto que se ha retirado de GOG). Entre otras cosas, la exclusividad de lo digital nos ha privado de estos regalos de prensa, que permitían conseguir por un precio módico grandes juegos, y más aún en aquellas casas en las que comprar el periódico era una costumbre diaria. El soporte físico para PC ya es cosa del pasado, pero lo cierto es que, sin estas colecciones dominicales, nunca me habría encontrado con un género de videojuegos que me hace feliz a la par que me desespera. Seguiré jugando point and click con el mismo tesón, nuevos y viejos, buscando la misma conexión que sentí la primera vez que escuché “¡Extra, extra! ¡The Quill, The Quill!”.
Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"