Actuamos en las sombras, pero no para servir a la luz

Análisis de Ereban: Shadow Legacy

Análisis de Ereban: Shadow Legacy

A menudo digo que no me gustan los juegos de estrategia, aunque no es del todo cierto. Me encantan los títulos en los que debo planificar una ruta para pasar desapercibida o para tratar de acabar con todos los enemigos sin ser detectada. Y no me importa tener que reiniciar el escenario tantas veces como haga falta hasta dar con el resultado esperado. Por ello, Ereban: Shadow Legacy atrajo mi atención desde el primer momento.

Este indie español se inspira en la saga Dishonored lo suficiente como para que nos recuerde a él en sus mecánicas, pero sin llegar a parecer una copia de incógnito. Sabe dónde está el límite y nos ofrece una aventura centrada en el sigilo con esencia propia. Además, sabrá cómo atraparnos e invitarnos a probar los diferentes modos de juego. Pero vayamos por partes.

Nos pondremos en la piel de Ayana, la última descendiente de los Ereban, en su primer día en Helios. Esta corporación promete paz y prosperidad para todas las razas y tiene la firme creencia de que nuestra protagonista puede ser de vital importancia entre sus filas. Por ello, nos animarán a superar una serie de pruebas en las que utilizaremos nuestros poderes Ereban, que nos permiten fusionarnos con la oscuridad. Así seremos capaces de parar los pies a quienes estén en contra de su propósito como agentes de Helios. Sin embargo, antes de que nos demos cuenta estaremos huyendo de sus instalaciones y tratando de ubicarnos en un mar de dudas. Mientras, podremos escoger si ayudar a los Soles Olvidados, un grupo terrorista cuyo objetivo es Helios.

Como cabe imaginar, el jugo de Ereban: Shadow Legacy se encuentra en explorar los diferentes caminos, pudiendo conseguir diversos finales. Algo que no nos costará demasiado gracias a su duración —en torno a las 8 horas— y su división por capítulos. De igual modo, esto nos permitirá probar con los diferentes estilos de juego, donde podremos optar por ser o no ser letales. Además de intentar superar los capítulos sin que nos descubran.

Cada uno de estos estilos de juego cuenta con su propia medalla, pudiendo obtener una o dos en el mismo episodio. Y siempre quedará abierta la posibilidad de repetir cualquier capítulo para conseguir aquello que haya quedado atrás, sean coleccionables o sea una de las medallas. Aunque hablar de coleccionables como tal no es del todo apropiado, ya que salvo las tablets con información relevante para la trama, todo lo demás tendrá una función. E incluso estas notas quedarán relegadas a un segundo plano, ya que no tendremos forma de saber cuántas dejamos atrás, ni de consultar un códice con los textos recogidos.

Captura de pantalla de Ereban: Shadow Legacy. Trampa.

Sí tendremos control sobre la cantidad de polvo sombrío y chatarra que hayamos acumulado, ya que al alcanzar su tope no nos permitirán coger más. Y sabremos cuánto tenemos y cuál es el tope en el menú correspondiente. Recolectaremos estos materiales para crear artefactos que nos serán de gran ayuda durante la partida. Y es que podremos ocultar en las sombras los cadáveres que dejemos atrás, aturdir o cegar a nuestros enemigos, entre otras cosas. Todo dependerá de cómo queramos superar el nivel. También encontraremos orbes sombríos y tarjetas electrónicas que utilizaremos para desbloquear y mejorar los mencionados artefactos. Aunque para algunos necesitaremos un catalizador Ereban que sólo conseguiremos al cumplir misiones secundarias.

Por su parte, dispondremos de un árbol de habilidades en el que invertiremos orbes sombríos, lo que significa que a veces tendremos que pensar bien dónde utilizarlos. Sobre todo porque ni los orbes sombríos ni las tarjetas electrónicas serán siempre fáciles de encontrar, obligándonos no sólo a desviarnos del camino, sino también a explorar cada rincón. Eso sí, dispondremos de guías visuales a lo largo y ancho del escenario que nos ayudarán a orientarnos, sea para seguir avanzando o para descubrir rutas alternativas. Y en caso de que no queramos este tipo de ayuda, podremos desactivarlas en el menú de opciones.

Aunque dichas guías no harán sencillo escabullirse de los enemigos, ya que deberemos atender bien a sus rutas de movimiento para planificar nuestros pasos. Y tener en cuenta las diferentes características de cada máquina, ya que si bien tendremos enemigos humanos, lo que encontraremos sobre todo serán robots de diferentes tipos. Unos simplemente nos detectarán si nos ven o nos escuchan, mientras que otros se encargarán además de arreglar aquellos que inhabilitemos. Y por supuesto no podían faltar francotiradores con muy buen ojo o robots invisibles.

Ereban: Shadow Legacy no cuenta con diferentes modos de dificultad, haciendo que el reto recaiga sobre todo en el estilo de juego que escojamos. Así como en la duración de la Fusión Sombría, el poder de sombra de Ayana que nos permitirá sumergirnos en la oscuridad y deslizarnos por lugares imposibles. Y cuyo medidor irá disminuyendo peligrosamente ante nuestros ojos mientras lo utilizamos, aunque por suerte se recargará tan pronto como volvamos a la normalidad.

Sin embargo, aunque tendremos que planificar bien nuestros pasos, no resultará especialmente duro o frustrante superar los niveles. Eso sí, puede que optemos en más de una ocasión por cargar el último guardado para evitar echar a perder una partida, hasta ese punto, perfecta. Lo que nos situará en el punto de control más reciente, que no siempre quedará muy lejos. Y si la cosa se tuerce demasiado, siempre podemos reiniciar el episodio y tratar de hacerlo mejor.

Captura de pantalla de Ereban: Shadow Legacy. Robot invisible.

Al finalizar cada capítulo veremos un resumen de la partida en términos generales, enfocado tanto al sigilo como a la exploración y la moralidad de Ayana. Así, no sólo sabremos cuánto hemos tardado en superar una zona, o cuántas veces nos han derrotado, sino si nos han detectado o si hemos recolectado todo. También será aquí donde sabremos qué estilo de juego hemos utilizado si conseguimos la correspondiente medalla, sea fantasmal, despiadado o compasivo. Y nos asignarán una calificación, por si queremos mejorarla o fardar con nuestro entorno.

Por su parte, cuenta con un apartado audiovisual que no pasa desapercibido, sobre todo en lo que a estética se refiere, ya que utiliza un estilo que recuerda al dibujo animado. De igual modo, la apariencia de Ayana cambiará dependiendo de si nos encontramos en una zona iluminada u oscura. Así será como nos camuflaremos en las sombras, además de recorrer a hurtadillas la mayor parte de los mapas. Y si bien el apartado sonoro pasa más desapercibido, será necesario para ubicar a nuestros enemigos. Además, el juego se encuentra en múltiples idiomas, entre ellos el nuestro, con los equipos de traducción y localización debidamente acreditados.

Nos encontramos ante un juego sencillo, pero eficiente con lo que ofrece. Disfrutaremos de una experiencia de sigilo bien cuidada y que nos obligará a planificar nuestros pasos antes de lanzarnos de cabeza. Puede que hayan sido bastante benevolentes en cuanto a los enemigos para sortear, pero esto hará que resulte más jugosa la idea de volver a jugar para cambiar nuestro estilo.

En cualquier caso, Ereban: Shadow Legacy es una opción a tener en cuenta si nos gustan los juegos de sigilo en tercera persona con una historia de ciencia ficción atractiva. Cuenta con diálogos, personajes y notas que nos arrancarán más de una sonrisa, además de influir en nuestras decisiones. Y derrotar a los enemigos resulta más que satisfactorio, sobre todo cuando todo sale según lo habíamos planeado. Un título que sin duda disfrutarán amantes de sagas como Assassin’s Creed, Thief o Dishonored. Y es que a quién no le va a gustar sentir la adrenalina de escabullirse por los pelos… o noquear a un enemigo que nos estaba poniendo las cosas un poquito más difíciles de la cuenta.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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