Estaban adorando daedra, y un daedra se giró y me miró
Guía inicial de The Elder Scrolls Online, ¿en qué pozo me he metido?

23/06/2022 | Alystrin | 4 comentarios
Mi historia con Skyrim es, cuando menos, curiosa. Corría el año 2012 y acababa de terminar Dragon Age 2, mi primer contacto con la saga, y del que me había enamorado. Buscaba juegos similares, pero sin tener demasiada idea. Cayó entonces en mis manos The Elder Scrolls V: Skyrim, del que había leído muy buenas críticas. Y aunque no se parecía en prácticamente nada al título de Bioware, lo cierto es que me enamoré.
A Skyrim le dediqué ni más ni menos que unas trescientas horas en su versión de Playstation 3. Unos años después volví a comprármelo en PC, al no disponer ya de la consola, y no dudé tampoco en actualizar mi versión a la de aniversario. Y todas y cada una de las veces, desde el inicio de mis aventuras en Carrera Blanca, me dediqué, como corresponde, a ignorar la misión principal y conocer esa región de Tamriel y sus gentes. Delphine, ya me contarás luego eso tan interesante.
Por todas estas razones, durante estos años he permanecido alejada de The Elder Scrolls Online. Porque, si ya saben cómo me pongo, ¿para qué me invitan? Un MMO masivo ambientado en la saga de Bethesda, perdición asegurada. Aunque debo reconocer que, en un arrebato consumista, me compré Blackwood, pero no le pude dedicar tiempo por estar sumida en otros quehaceres. Sin embargo, tenía claro que TESO era un pozo en que, si caía, iba a ser bastante complicado que saliese.
Pero ¡ay de mí! En un momento de debilidad (y con un poco de influencia de mi querida AoniaMidnight) he sido arrastrada nuevamente, ahora sin remedio, hasta la tierra de Tamriel. Y como siempre que ocurre con un MMO, al principio sobrecoge un poco por la inmensa cantidad de contenido. Sin embargo, el hecho de que High Isle incorpore traducción al castellano facilita mucho romper la barrera que supone el desconocimiento del lore.
Lo primero que nos plantea el juego es la selección de la raza y afiliación de nuestro personaje. Primer pozo de horas, porque a poco que nos guste personalizar nuestra experiencia tendremos bastantes opciones donde elegir. Hay tres facciones principales, llamadas alianzas. Cada raza se encuentra vinculada a una, y al igual que ocurre en muchos otros juegos multijugador, implican un modo de vida y de entender el mundo dentro de TESO. Y, obviamente, con el resto de alianzas será con quienes nos peguemos en el contenido jugador contra jugador.
La Alianza de Salto de la Daga (Daggerfall en inglés, como la segunda entrega de The Elder Scrolls) abarca bretones, guardias rojos y orcos. El Pacto de Corazón de Ébano, los nórdicos, dunmer (elfos oscuros) y argonianos. Finalmente tendremos el Dominio de Aldmer, cuyos miembros son los altos elfos, bosmer (o elfos del bosque) y los khajiitas.
Como ocurre en otros MMO, cada una tiene sus propias ventajas raciales. No imposibilita que podamos tomar un rol u otro, pero sí puede facilitar completar el contenido. Y también puede ser un aspecto a tener en cuenta si queremos unirnos a una hermandad que sea más hardcore, aunque no da la impresión de que esté tan extendido como por ejemplo en World of Warcraft.
También aparecen clases. Resulta sencillo hacer mentalmente equivalencias para compararlo con cosas que ya conocemos. Por ejemplo, un caballero dragón sería un guerrero (que puede ser tanque o hacer daño), un templario un paladín y un nigromante un brujo. Cada clase tiene sus propias habilidades, destinadas a tomar un papel determinado en mazmorras, bandas y contenido. Aquí sí que juegan un papel fundamental nuestras preferencias. Personalmente yo prefiero ser DPS o tanquear, ya que curar me enfada mucho (quien haya jugado conmigo a Overwatch sabe a qué me refiero).
Ya hemos elegido raza y clase. Pero ¡ay! Si somos un poco tiquismiquis, nos queda el último paso: el aspecto físico. Podremos elegir no solamente el color de pelo y piel, sino también pequeños detalles de cara y cuerpo que suelen estar disponibles en los RPG. Además, al igual que en Final Fantasy XIV, también hay hueco para la diversidad de pesos (aunque no tanta como querría) y estaturas. TESO tiene un editor de personaje de lo más completo, y se agradece la variedad.
Por fin empieza nuestra andadura. El tutorial es sencillo, comprensible y no resulta excesivamente largo. Además, a poco que nos resulten familiares los Elder Scrolls, podremos ir saqueando todo lo que se nos eche por delante. Pero mucho cuidado, porque el inventario es limitado al principio y se llena con facilidad. Una vez concluido elegiremos la zona donde queremos comenzar a jugar.
Nuestras opciones serán diferentes dependiendo de qué expansiones dispongamos, pero todas son un buen comienzo. No hay regiones específicas según determinado nivel, sino que atravesaremos un portal y dará comienzo la cadena de misiones. Tampoco debemos preocuparnos en exceso si no nos entusiasma nuestra elección. En las ciudades contamos habitualmente con transportes gratuitos entre los reinos y podremos cambiar sin ningún tipo de problema.
Algo que me sorprendió mucho es ver gente de nivel mucho más alto que el mío en las mismas zonas, acompañando a personajes mucho más noveles. Esto tiene su explicación. No importa si nos unimos en Elsweyr, Flames of Ambition o Summerset. O si acabamos de llegar. The Elder Scrolls Online se adapta al nivel de cada persona, incluso si forman grupos, con lo que no se nota el desbalanceo. Entre otras cosas, ayuda, y mucho, a jugar con quienes nos han metido de cabeza en el pozo.
Normalmente, y al igual que ocurre en los RPG, tendremos una cadena de misiones principal y multitud de secundarias. Es fácil perderse, pero disponemos de una guía de zona en la que nos marcarán los objetivos que vayamos consiguiendo y nos animará a buscar nuevas aventuras. Veremos aquellas que hemos aceptado en la pestaña “Misiones”, donde además nos indican la región a la que corresponde y si es troncal en la historia o simplemente pasábamos por allí. También, como cabe esperar, este registro es limitado. Si se nos va la mano podemos abandonar los encargos que consideremos y retomarlos más tarde. Hay además misiones diarias y semanales, con recompensa en moneda del juego, que podremos acumular para comprar cosas de la tienda.
Hay mazmorras y bandas, naturalmente. Muchas son gratuitas, aunque algunas son de pago y las desbloquearemos adquiriendo el DLC pertinente. Pero no todas están pensadas para jugar en grupo, sino que algunas tendrán el indicador “Solo” o “Individual”. En ellas acompañará a nuestro personaje el NPC que corresponda (si lo hay). También aparecen jefes de mundo, distintos en cada expansión, con combates que es prácticamente imposible afrontar en soledad. No hay obligación de formar grupo, basta con unirse a otros personajes que estén apalizando pertinentemente al villano que corresponda.
Un tema aparte son las ciudades. Decidí llevar a mi personaje a Skyrim occidental, más que nada porque creía recordar dónde estaban más o menos las cosas. Como capital tendremos Soledad, aunque aparecen poblados como Markarth o Puente del Dragón. En la ciudad principal es donde se localizan las tiendas principales: podremos aumentar el tamaño de nuestro inventario, visitar al instructor de equitación (no seáis como yo, id a diario) o depositar objetos en el banco. Este último es compartido por todos nuestros personajes, con lo que podemos pasarnos materiales entre uno y otro sin problemas, incluyendo recompensas diarias y todos aquellos objetos que no estén vinculados directamente a nuestro personaje. Las monturas y mascotas también son comunes a toda la cuenta.
Aprender las profesiones sí me fue un poco más complicado. Más que nada porque se me olvidaba continuamente dónde están las mesas de crafteo. Sin embargo, una vez hallados los instructores, apareció un minitutorial muy sencillo que solventó todos mis problemas. Las profesiones suben de nivel como las habilidades, a base de usarlas. También cuentan con pequeños puntos especiales o perks que podremos desbloquear paulatinamente.
Con cada subida de nivel, el juego nos recompensa. Por un lado, nos permitirá mejorar los atributos principales: salud, magia o aguante. Por otro nos dará puntos de habilidad, que podremos emplear tanto en aspectos del combate como de profesiones. Otro modo de conseguir esos puntos es recopilar los fragmentos de cielo, dispersos a lo largo del mapa. Además, obtendremos objetos de diversos tipos, que pueden ser pergaminos para regenerar más salud o piezas de armadura, por ejemplo. Esto cambia a partir del nivel 50, cuando aparecerán las constelaciones que recordamos de los juegos clásicos, pudiendo distribuir los puntos en los árboles de habilidades.
Como ya sabemos, y como es frecuente en los juegos online, The Elder Scrolls Online cuenta con una tienda. Hay varios tipos de monedas: gemas, coronas y sellos de empresa, cada una con sus utilidades específicas. Las coronas son las más útiles, ya que con ellas compraremos cosméticos, mazmorras e incluso expansiones. Vamos, otra moneda ingame.
Cabe destacar que durante nuestra partida obtendremos monedas de la tienda durante algunas misiones y completando ciertos objetivos. También nos las darán si somos parte de ESO Plus, el sistema de suscripción, junto con acceso a todos los DLC previos al actual (High Isle en nuestro caso) y varias bonificaciones al leveo de nuestro personaje, entre otras cosas. Sin embargo, no hay artículos de pago que impidan la progresión en el juego para la gente que no está suscrita, ni tampoco aportan más beneficio que una subida de nivel más rápida y efectiva. Periódicamente también hay drops en los streamings del juego, con lo que siempre compensa estar ojo avizor para no perdérnoslos.
Hay muchas otras características y contenido que aún me ha dado tiempo de experimentar, al llevar poco tiempo. Por ejemplo, con el nuevo juego de cartas, introducido en High Isle, y del que ya os hemos hablado en nuestro análisis de la expansión. También aparece la arqueología, una nueva disciplina que de momento se me atraganta un poco, pero que con práctica será seguramente mucho más sencilla.
The Elder Scrolls Online se ha convertido para mí en un juego de confort en muy poco tiempo. El hecho de poder jugarlo de un modo más individual, con muchísimo contenido de historia y no solamente basado en mazmorras o bandas, es un auténtico gusto. Además, al no tener ninguna prisa por completarlo todo, puedo jugarlo completamente a mi ritmo, con pausas cuando sea necesario y sin el pánico de otros juegos a quedarme atrás si llevo una triste semana sin poder encender el ordenador. Estoy disfrutando enormemente de recorrer el mapa sin rumbo fijo, hablando con cada personaje y explorando todos los indicadores (cosa que a veces sale mal). Si no he vuelto en cinco minutos, esperad media hora más, que me he ido a combatir contra los vampiros.
Buen artículo, acabo de empezar y es una locura maravillosa
¡Muchas gracias! Como todos los MMO apabulla un poco al principio, pero es tremendo el mundo que han construido y lo bien que se pasa con las misiones y gulusmeando en cada esquina
Muy buena entrada. Os leeré más adelante. También soy nuevo en The Elder Scroll Online.
Estaba buscando información y me topé con tus impresiones. Muy buenas.
¡Muchas gracias por tu comentario! ¡¡Espero que estés disfrutando el juego tanto como yo!!